Las gasolineras autoservicio

Este artículo inaugura una serie que puedes leer cuando te encuentres calmado y tranquilo y necesites cabrearte pensando en algo. En concreto quiero quejarme de las gasolineras autoservicio, que se extienden como una mancha de aceite por el solar patrio, pero que entre todos (el que paga manda) podemos parar.Sí, si, me refiero a esas gasolineras en las que coges tus guantes de plástico y, como buen borrego, te sirves el combustible y luego pagas lo mismo que en una en la que te sirvan. Muy inteligente. Es como si vas a un bar y te tienes que tirar la cerveza y servirte las tapas tú mismo. Eso sí, antes debes limpiar la barra y pagar lo mismo. Evidentemente un bar así parece que debe quebrar. Debería, aunque hay un caso en concreto (véase la cadena de fuck-food MC-Bazofia) en el que la gente está encantada de limpiarse las mesas. Esta conducta patológica la analizaremos en otro artículo.

Resumiendo, que si vamos a una gasolinera no atendida, contribuímos a la destrucción de puestos de trabajo, recibimos un peor servicio y encima nos toman por tontos, ya que pagamos lo mismo. El empresario dueño de la gasolinera, que tiene un negocio ya de por sí muy rentable, se queda con el salario de una persona y se lo damos entre todos. Supongo que el negocio es rentable, ya que hay tres negocios que no he visto nunca con el cartel de «se traspasa»: una gasolinera, una farmacia y una notaría.

Soluciones: no te pares en las de autoservicio. Llena siempre en una en la que te sirvan y apunta dónde lo hacen. Si por fuerza mayor te tienes que servir tú, procura que sea lo mínimo indispensable (5 Eur. te permiten llegar a cualquier sitio) y quéjate al que esté de cobrador. Paga con la tarjeta (pierden un porcentaje que va al banco)