Simplificando lo que llevo en los bolsillos

Sigo simplificando. Son manías que tengo. O mejora continua. Interpretémoslo como queramos. Pero me relaja. Me quita presión.

El caso es que, en parte inspirado por dos ideas inconexas y que he leído con mucha separación en el tiempo, pero que estaban ahí en mi cabeza, he simplificado dos cosas que habitualmente llevas contigo además de tu móvil porque no caben en él: la cartera y las llaves de casa.

La primera idea me vino de una charla de la conferencia iOSDevUK del año pasado. Esta propuesta de Alan Cannistraro, es que en el móvil van convergiendo muchas cosas: la cámara de fotos de apuntar y disparar, el reproductor de música, la grabadora de vídeo, etc. Pero hay dos cosas que se resisten, aunque poco a poco irán convergiendo: las llaves de casa y la cartera.

Así que me he puesto manos a la obra y he simplificado ambas.

Mi cartera

Llevo usando la misma cartera probablemente desde hace doce o más años. Me la regaló mi mujer, y no quiero cambiarla. Tiene el tamaño para los billetes de pesetas que había antes, y los de Euro no caben perfectamente sin doblarlos. Pues se doblan y punto. Es de una calidad excepcional y con el uso y el paso del tiempo se ha amoldado a mi mano y se ha deteriorado muy poco. Quiero que cuando empujen mi cuerpo con el pijama de madera puesto para quemarme la lleve en el bolsillo: esta cartera me entierra.

Foto de mi cartera abierta

El caso es que estaba llena de cosas que no uso, para variar. Así que he hecho limpieza y ha quedado ultra-slim

  • he sacado todas las tarjetas de puntos. He unido las que de verdad uso. El resto, las que no uso, a la basura. Y las de viajes (hoteles, AVE, etc.) las he puesto juntas en una funda de plástico que va en la mochila. Así no se me olvidan en los viajes y no me pesan en el día a día.
  • es increíble, pero había tarjetas caducadas en la cartera. Estas a la basura por el camino más corto.
  • lo mismo para tickets, cupones, papeles, etc. Todo fuera.
  • he quitado los abonos de EMT de Madrid y TMB de Barcelona (sí, voy tanto que llevo de ambos) y a la funda de los viajes. Menos cosas.

Ahora dispongo de una cartera que guarda justo lo necesario. Cabe mejor en el bolsillo y me agobia menos cuando la saco, sin papeles que se caigan y sin aspecto de estallar en cualquier momento. Menos estrés.

Mis llaves

Esta idea viene de un post de Patrick Rhone que leí hace un tiempo. Aunque el post en sí es del 2008, creo que lo he leído hace un par de años o así. La idea clave es:

Any key I don’t absolutely need on a daily basis gets taken off and hung up on a rack by the door at home. I don’t even have a fob on the keychain, it is just a ring

En mi caso, siempre cargaba con dos llaveros. Tengo una casa donde vivo, y un pequeño apartamento. Bueno, tengo las hipotecas, las deudas y la esclavitud asociada. El resto lo retiene el banco. Un trato del que no me quejo: sin su dinero, yo no podría entrar en esas casas, pero aún así me gustaría ser más un cliente del banco y no su rehén.

En tu caso, pueden ser tus llaves y las del trabajo, o las de casa de tus padres. El caso es que siempre llevaba todas las llaves (7 en total, en dos llaveros). Y me senté y empecé a pensar.

  • ¿para qué cargar con las llaves de los buzones? Sólo puedo abrirlos cuando esté en las casas. Y prefiero tener una llave del buzón a mano en la casa y cuando tire la basura, miro el buzón. Y no cargo con ellas siempre. He dejado una en casa, otra la llevo. Una llave menos.
  • en la casa la cancela tiene dos puertas: para el coche y para pasar al patio anterior. Dado que cerrarlas con llave no tiene sentido (son bajas y cualquiera con malas intenciones puede saltárselas) nunca las cierro, salvo cuando me voy de vacaciones (hablemos de falsa sensación de seguridad…). Pues se quedan en casa. Dos menos.
  • Ahora que miro, me quedan sólo cuatro llaves. Las he reunido en un único llavero. Que sigue teniendo un adorno. Estos adornos sólo sirven para distinguir rápidamente entre los llaveros colgados tras la puerta. Sería mejor tener anillos de distintos colores. Que por cierto es lo que voy a buscar, y si lo encuentro cambiaré el aro. De momento, he quitado el adorno mientras escribo esto y, de paso, para distinguir mejor las llaves, he pintado un poco una con un rotulador indeleble. A ver si aguanta.
j j j

Simplificando algo mi vida digital (y la otra)

Minimalismo. Simplificar. Preocuparme por menos cosas. Preocuparme menos por las cosas.

La vida ya es suficientemente complicada. Y yo tiendo a complicarla aún más. Acumulando ordenadores. Acumulando teléfonos. Acumulando programas. Acumulando libros, vídeos, podcasts, música, comics. Acumulando.

Libros que a veces no se leen. Vídeos para los que no tengo tiempo. Podcasts que no escucho. Me sorprendí a mí mismo cuando me creé una lista en iTunes con todas las canciones que tenían 0 reproducciones. ¡Había un montón!. Prueba a hacer ese ejercicio: igual te sorprendes. Y recuerdo que siempre me he reído de la gente que compraba libros y luego no los leía. Hasta que me he puesto a revisar mis estanterías…

Acumular cosas tiene muchos problemas. Primero, gastas dinero en comprar el objeto. Luego, tienes que ponerlo en algún sitio. Ponerlo ahí cuesta dinero: si no tuviera nada, tendría una casa más amplia, sin estanterías. Ese es un extremo. Pienso que hay que tener el número suficiente de cosas. Enough, como dice Patrick Rhone. No me planteo vivir en una cueva. Pero lo cierto es que, cuantas más cosas poseas, de más cosas te tienes que preocupar. Ocupan espacio físico y mental. Y eso cansa.

Acumular cansa. Y no te hace feliz. Compramos por una promesa, por la promesa de que ese objeto te hará más feliz. El colmo son esos anuncios de coches que te dicen que atarte a un préstamo para comprar un coche que no necesitas te va a hacer libre. Y vas a poder conducir por carreteras vacías mientras se pone el Sol. Eso nunca pasa. Y lo puedes hacer también con tu viejo coche, de paso.

Un ejemplo son mis ordenadores. Recuerdo cuando sólo tenía mi PC, mi viejo 286. No podía hacer otra cosa que sacarle partido, al máximo. Y lo exprimía. Ahora tengo varios. Y todos tienen su función, y bastante uso. Pero a veces siento la tentación de quedarme sólo con uno. Sólo uno para gestionar, actualizar, hacer copia de seguridad. Tener varios crear trabajo.

Otro son las redes sociales. Desde hace años tengo una sana política: no me doy de alta en ninguna nueva (a no ser, claro, que seas Google + y te den de alta al poner el microondas por la mañana). Ya tengo más que de sobra.

Mis redes actuales son:

  • Twitter. La que más uso, con mucha diferencia. Para estar informado (de las cosas de programación que me interesan). Para charlar con gente a la que admiro y sigo.
  • Facebook. La uso bastante menos. Borraría el perfil, pero es el único punto de contacto que mantengo con algunas personas.
  • Redes de geolocalización, o de check-ins, o como se llamen. Usaba Gowalla, pero la compró Facebook y la cerraron. No me he apuntado en Foursquare. No le veo sentido. Una menos.
  • Fotos. Flickr. Paso de 500px, o de Pinterest, o de otras. Simplificar: Flickr me da backup infinito de mis fotos (si es que las quiero subir, que esa es otra cuestión). Y puedo crear álbumes. Que sí, que está Picasa. Pero hay que elegir: mejor una y usarla que tener varias cuentas y no aprovecharlas.
  • Mensajería. No le veo sentido a tener BBM, iMessage, Skype, Whatsapp, Telegram, Line y las otras 100 que salen cada mes. De las anteriores, para mensajería, uso Whatsapp sobre todo. E iMessage porque viene con el iPhone. Skype lo uso para llamadas. En el resto, no me he dado de alta.
  • Trabajo. Uso mucho LinkedIn. Tenía cuenta en Xing. Hasta hoy. He borrado mi perfil. Una menos de la que preocuparme. Menos correos recibidos. Y todas las actualizaciones en LinkedIn.
Borrando mi cuenta en Xing

]2 Borrando mi cuenta en Xing

Tengo ganas de simplificar. De simplificar mucho más. Creo que voy a empezar de nuevo otro ciclo de venta/donación/reciclaje de cosas. Quiero tener pocas cosas, y buenas. Y que use mucho. Y no acumular.

j j j

Entrevista en Louesfera

Louis-Philippe ha tenido la gentileza de hacerme una entrevista y publicarla en su blog. Hablo de cosas que probablemente ya he comentado aquí, pero así no hay que leerse el blog entero 🙂

¡Qué le vamos a hacer! Me hace ilusión

j j j