Especial MacWorld Mountain Lion

MacWorld Práctico Especial Mountain Lion

No es ninguna novedad y, probablemente ya no quede ninguno en los quioscos. Pero sentía que tenía una deuda conmigo mismo y quería hablar acerca de lo último que escribí para la ahora difunta MacWorld España. Concretamente, este número especial sobre cómo usar OS X Mountain Lion que se publicó en Enero. Mi legendario efecto gafe, capaz de acabar con webOS o poner en serio aprieto a Nokia, ha sido capaz de acabar con la revista para la que a veces escribía como colaborador.

El caso es que estuve dedicado a escribir este tocho durante Agosto de 2012, esperando que si me enfocaba y esforzaba lo suficiente finalmente lo acabaría para primeros de Septiembre. A punto de llegar Septiembre vi que no lo tenía listo del todo, pero sí que había reunido un tocho considerable y que no me quedaría tanto: había cumplido con el plan de trabajo. Una vez enviado el borrador, me dieron la mala noticia de que el enfoque no era el esperado: se necesitaba un tutorial paso a paso, y no una review y opinión sobre el nuevo sistema operativo de Apple. Patinazo en toda regla.

Durante Septiembre y Octubre estuve muchas horas, muchas, dedicado a ir avanzando el libro. Finalmente lo entregué. Parir cualquier cosa escrita siempre es más duro de lo que uno espera. Pero cuando hablamos de un documento de este tamaño (más de 140 páginas de revista escrita casi sin publicidad, lo que haría un librito de unas 200 páginas o más) cualquier previsión que hago siempre se me cae al suelo. Y debería tener experiencia: en 2011 estuve escribiendo unos manuales para cursos de teleformación, he escritos algunos artículos para MacWorld y PCWorld y hace mucho se publicó un especial sobre Linux (era mi época Linuxera) que tecleé enterito.

Con una suerte digna de mejor causa, en Enero me encontré al pasar por un kiosko, en Madrid, con la revista. Iba a impartir una de las jornadas del curso a medida avanzado de iOS que tuve el gusto de dar a la gente de Redsys junto con Mobile Business School. Cuando tuve la revista en las manos, no la reconocía. Claro, yo sólo la había visto en la pantalla de mi iMac dentro de Pages, pero no había visto la versión final. Supe que era la mía por el artículo sobre accesibilidad que Jonathan Chacón tuvo la deferencia de escribirme para que apareciera en el especial (¡gracias, Jonathan!). Y ahora, aquí la tengo.

Es un recordatorio de varias cosas, y con el ansia de automachaque que define a todo buen informático, para empezar todas las que me recuerda son malas:

  • la próxima vez no uses Pages para escribir un libro. Si tienes una licencia de Scrivener, aprende a usarlo. Es la aplicación definitiva para escritores. Ahora me he dado cuenta, tarde, pero mejor que nunca.
  • si te encargan escribir sobre algo, pregunta antes de empezar por el enfoque. Define los requisitos, como con un programa. Si al cliente no le gusta lo que has hecho, vas a tener que empezar de nuevo y no va a ser divertido.
  • se pesimista con las estimaciones, y después de eso, aplica un factor de corrección de +50% del tiempo que has estimado. Y aún así ni te acercarás. Escribir lleva mucho tiempo, y por mucho que invoque mis capacidades super heroicas, luego no se avanza al ritmo que se quiere, sino al que se puede.

Pero también he aprendido mucho sobre mí mismo y sobre las herramientas que he usado. Vamos, que algunas cosas he hecho bien:

  • ya que tenía que escribir sobre OS X Mountain Lion, he aprendido mucho sobre el OS. Ahora hay un montón de cosas más que se hacer.
  • he mantenido un ritmo constante de escritura. He sido bastante disciplinado y todos los días escribía un par de horas. Ni yo me lo creo.
  • me he agobiado, pero dentro de un límite. Cuando me dieron la mala noticia, en lugar de cabrearme y gritar saqué mi libreta y me hice un mapa mental para comerme ese marrón. Y convertí el problema amorfo en una lista de tareas que podía ir resolviendo.
  • tengo a mi lado un recordatorio en papel, algo físico, de que soy capaz de escribir un librito si me pongo a ello. No me he dado el tiempo para disfrutar de esto, quizás es ahora la primera vez que estoy reflexionando sobre ello.
  • he aprendido a usar algo más de Pixelmator, para editar las imagenes de las capturas. Mola.

Así que ya está. El libro está en mi mesa. El trabajo terminado. Pero MacWorld ha cerrado, mucha gente ha perdido su trabajo y probablemente nadie lea este número, al que he dedicado tantas horas. Al no estar en edición digital (en Zinio, por ejemplo) poca gente lo va a leer. Y eso me deja un poco triste.

Ahora tendré que matar el gusanillo de escribir de alguna manera. Probablemente escribiendo un libro para enseñar a desarrollar Apps para iOS. ¿Alguien interesado? Acepto ideas y sugerencias. Luego haré lo que me de la gana, pero prometo tenerlas en cuenta 😀

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«The more memory and HD you’ll have, the happier you’ll be»

No recuerdo dónde escuché esta cita por primera vez. Debió de ser en los años de la carrera, allá por el 94 ó 95. Sí, en la prehistoria. El caso es que la he usado muchas veces. Y la última vez ha sido para responder a gente que se asustaba en Twitter de que le he puesto al iMac 12 GB de RAM. ¿Es mucho?. ¿Es poco?. Vamos con ello.

Lo  primero, dar la razón fundamental de ponerle tanta memoria al iMac: porque puedo. Sí, así de sencillo. En el 94 ni hubiera soñado con estas cantidades de memoria, ni siquiera para un disco duro. Es como pensar hoy en una RAM de 32 Hexabytes. Así que no podía plantearme si era mucho o poco: simplemente no podía. Pero hoy en día, cuando 8 GB cuestan 120 Eur. IVA inc., si necesitas esa memoria, o te apetece, tampoco es una inversión que te lleve a la bancarrota.

Además, cuando es aquí donde me gasto mi dinero. Quiero decir, que no tengo moto, no me gustan los coches potentes, ni la ropa de diseñador, ni juego al bingo, ni me gusta la coca, ni jugar al póker. Mis vicios son baratos ¡qué le vamos a hacer!. Nada me gusta más que un buen gadget electrónico. Hay quien le da por coleccionar sellos, o montar maquetas. O tener un yate. Yo tengo chismes.

Así que nada mejor para complementar a mi querido iMac Core i7 que estos 8 GB, que se han sumado a los 4 GB que traía de fábrica. Ahora tengo una máquina redonda, muy equilibrada, potente y estable. Y de la pantalla, para qué hablar 🙂

En un día normal de trabajo, si miro el consumo de memoria me puedo encontrar con algo como esto:

Memoria usada

Memoria usada

Este es el consumo que tengo mientras escribo estas líneas. Se puede ver que, usado (ya sea por programas, por el S.O. o que está «cacheando» algo en memoria) tengo 4,59 GB. Algo más que los 4 GB originales. Hace unos meses, el equipo estaría paginando, es decir, tendría que sacar algún programa de memoria y guardarlo en disco (normalmente el que hace más tiempo que no se usa). El dato de Paginación (salidas) sería mayor que 0, y todo el sistema me iría más lento. Estaría tratando de ejecutar, a la vez, más programas de los cabrían en mi memoria RAM.

Como se puede ver, el problema ahora no es ese. Me sobran 7,40 GB. ¿Excesivo?. Para nada. En cuanto tenga que correr alguna máquina virtual con VMWare, o lanzar XCode 4 (con todo lo que ello implica), o jugar a Left 4 Dead 2 sin parar algo 😉 la memoria disminuye y se queda en algo como esto:

Usando memoria

Usando memoria

Uso el ordenador muchas horas al día. Por trabajo, y por placer. Y no hay cosa que me irrite más que quedarme sin espacio en disco, o ver que la máquina no va todo lo «fina» que debiera, por una tontería como es la RAM. Así que, como dice el título, un poco de RAM me hace mucho más feliz. ¡Comprueba la tuya!

P.D.: Si quieres saber cómo interpretar el uso de memoria que está haciendo tu Mac, te recomiendo este excelente post de MPG.

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Teclado Apple Buetooth y Magic Mouse en Windows 7 con BootCamp

Si has leído mi pasado post sobre la instalación de Windows 7 en mi MacBook Pro (y si no lo has hecho, siempre puedes redimirte leyéndolo ahora), sabrás que ando con arranques duales en mi MBP, principalmente para los juegos de Windows que me compro en Steam. Bueno, y para algún que otro portal de la Junta de Andalucía, esa gran adalid del Software Libre.

La Junta, muy comprometida con el SL

La Junta, muy comprometida con el SL

Comenté mi adaptación al teclado del Mac y la disposición de teclas de Windows. Y todo era bello. Hasta que, una mañana, casi por puro reflejo, estaba con Windows 7 arrancado y moví el ratón Magic Mouse que tengo emparejado con el MBP, pero nada. No funcionaba. El teclado bluetooth de Apple tampoco. «Bueno», pensé, «no debe ser tan difícil». «A fin de cuentas Win 7 es moderno, igual que este hardware». Y ahí comenzó mi pesadilla.

En ningún blog ni vídeo he encontrado cómo hacerlo a la primera. He tenido que recorrer un montón de foros, y he ido avanzando poco a poco. En resumen, es fácil cuando lo has acabado, así que…

La receta:

  • Ya tendrás instalado BootCamp en tu Windows. Arranca tu partición con Windows 7 y busca en programas el Asistente de Actualizaciones de Apple. Ejecútalo. Te pasará de BootCamp 3.1 a la 3.2. Tendrás que reiniciar, pero es imprescindible. Trabaja siempre con la última versión del software de Apple. Te dolerá menos la cabeza.
BootCamp 3.2

BootCamp 3.2

  • Arranca ahora en Mac OS X. Ve al panel de preferencias Bluetooth. Te aparecerán tus dispositivos (Magic Mouse y Teclado Bluetooth) instalados. Debes borrar la configuración del teclado bluetooth. Para ello, pincha sobre el teclado y luego sobre el «-» que aparece abajo en la lista. El ratón no es necesario borrarlo.
Magic Mouse y Teclado BT

Magic Mouse y Teclado BT

  • Reinicias ahora en Windows 7. Debes emparejar primero el ratón, y luego el teclado. Para el ratón, vas a Panel de Control > Hardware y Sonido > Dispositivos e impresoras. Pulsas en «Agregar dispositivo». Te aparecerá en la lista el ratón. Debes, antes de pulsar en Siguiente, hacer click sobre el ratón con el botón derecho y abrir Propiedades. Marca la casilla que te aparece. Cierra y pulsa ahora Siguiente. Se instalarán los drivers y Magic Mouse funcionando.
  • Ahora el teclado. Como lo hemos borrado del lado OS X, ahora no está emparejado. Pulsando de nuevo en «Agregar dispositivo» igual que antes, te debe aparecer el teclado. Si no te aparece, enciéndelo pulsando el interruptor que tiene el teclado en su lado derecho (debe parpadear un led en el teclado). Pulsas, siguiente, lo detecta y pide que introduzcas una clave en el teclado y pulses intro. Lo haces y ya debe funcionar en Win 7 sin problemas.
  • Para acabar todo perfecto, tenemos ahora el ratón funcionando en OS X y Win7, y el teclado funcionando sólo en Win7. Reiniciamos en OS X, vamos a la lista de dispositivos bluetooth y añadimos el teclado. Al fin, somos felices.
  • El resultado final debe ser algo como esto:
Mis dispositivos BT en Win7

Mis dispositivos BT en Win7

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Windows 7 corre que se las pela en mi viejo MacBook Pro

¡Un momento! ¿Qué?. No, no puede ser, deben ser las drogas que tomo habitualmente. ¿No estarás diciendo que has mancillado el templo de San Steve y la Gran Manzana con algo que venga de Redmon? No, seguro que estás diciendo que has tenido que comprobar los virus de Windows en una máquina virtual y te ha funcionado maravillosamente en ese estupendo S.O. que es Snow Leopard. ¿No?. ¡Habla, por Dios, no me tengas en ascuas!

Mi querida voz interior fanboy, tengo que informarte de que estoy corriendo Windows 7 en el MacBook Pro, de forma nativa (sin máquinas virtuales de por medio), gracias a BootCamp. Y que me gusta.

Comenzando la instalación de Win7 en el MBP

Comenzando la instalación de Win7 en el MBP

Ya he comentado varias veces que Windows 7 me parece un buen S.O. Realmente ahora usar Linux, Windows u OS X se ha convertido más en una cuestión de preferencias personales que de limitaciones. No hay casi nada que se pueda hacer en uno de ellos que no se pueda hacer en los otros. Incluso los juegos. Y si no, hay sistemas de máquinas virtuales para ejecutar cualquier S.O. desde uno de los otros tres grandes. Y esto es muy bueno. Recuerdo cuando había que luchar muy duro con Linux para hacer que funcionase como tú querías. Ahora usas Linux si te gusta más, que además es la razón más poderosa para usar algo, por encima de méritos técnicos.

El caso es que desde hace un tiempo vengo reduciendo los cacharros que tengo por casa. Sin llegar a los extremos de Dave Bruno y su intento de vivir sólo con 100 objetos, estoy intentando tener los ordenadores que realmente uso. Y uno que no usaba mucho era mi viejo Dell Inspiron 9400, que funcionaba bastante bien con Win7. Pero me pregunté: ¿bueno, y si pudiera correr Win7 en el MBP, no podría deshacerme de esa máquina? Además, tengo espacio libre en el disco del MacBook Pro tras comprarme el nuevo HD de 7200 rpm. un último argumento me lanzó a la aventura, y es que en Febrero tendré que impartir un curso de C en entorno Windows, y el MBP pesa como tres Kg menos que el Dell.

La instalación

Hay montones de sitios que cuentan cómo hacer la instalación, que por otra parte es bastante sencilla, así que no me repetiré. Podéis ver este vídeo, por ejemplo, aunque hay mil. Sólo algunas notas:

  • BootCamp es dos cosas. Por un lado, cuando lo usas en el Mac es un programa para rehacer las particiones de tu disco y dejar así sitio a Windows 7. Sin más misterios. Luego metes el DVD de Windows, reinicias arrancando desde el DVD y listo.
  • En mi MacBook Pro 15″ (modelo MacBookPro 3,1) no funcionaban los drivers de Windows 7 en 64 bits. Así que he tenido que instalar la versión de Windows 7 de 32 bits. Si al instalar ves que los drivers no se reconocen, ya sabes: pasa a la versión de 32 bits.
  • Cuando Windows ya está instalado, no tiene los drivers necesarios para que el MacBook Pro funcione. Y no los busques por Internet con el asistente de Win7: no los va a encontrar. Están, en mi caso, en el disco de Snow Leopard retail, el que compré con 5 licencias. En el de tu MacBook Pro también deben estar, pero si has pasado a Snow Leopard usa estos, ya que son más modernos.
  • Y ya que estamos, usa los discos adecuados. En plena instalación no me reconocía los drivers del disco. ¿Pero qué pasa?. Pues que estaba usando los discos del MacBook (sin Pro) de mi mujer…

Tras la instalación

Una vez que todo está instalado, sigue arrancando por defecto Mac OS X, que es justo lo que quiero. Para arrancar Windows puedes:

  • pulsar Alt al encender el equipo. Te aparecerán todos los discos desde los que puedes arrancar. Escoge el de Windows.
  • desde Mac OS X, en Preferencias del Sistema, tienes Discos de Arranque, que te permite arrancar en Windows.
  • en Windows puedes hacer lo mismo con BootCamp: reiniciar en Mac OS X, poner como disco por defecto uno u otro, etc.

Tras instalar todas las actualizaciones del mundo y el preceptivo antivirus (en mi caso AVG Free), miré la experiencia de usuario de Windows. Y me daba un 5,0, que creo que para un ordenador que cumple ahora en Febrero 3 años no está nada mal (el máximo es un 7,9).

Win7 en mi MBP corriendo varias apps

Win7 en mi MBP corriendo varias apps

La adaptación

Uno de los principales problemas a los que me he enfrentado para adaptarme al uso de Windows 7 en el MBP es el mapeo del teclado. Los últimos MacBooks traen unos teclados que casi son los clásicos de un PC. Pero el mío tiene varias peculiaridades. No hay tecla Supr (en Mac OS X se consigue con fn + backspace), con lo que no puedo bloquear rápidamente la sesión, o lanzar desde ahí el Administrador de Tareas. Tampoco hay tecla de imprimir pantalla (PrtScr), con lo que me quedo sin poder hacer capturas de pantalla (para los cursos o el blog, lo necesito muy a menudo). Por último, como no hay AltGr, ni siquiera hay Alt en la parte derecha de la barra espaciadora, no puedes generar algunos caracteres que son imprescindibles para programar, como #, { ,} ,[ y ]. Y otro que es ya imprescindible para todo: @.

El tema de @ y # lo conseguí solucionar porque (no lo sabía), si pulsas a la vez Ctrl + Alt + 2 es igual que pulsar AltGr + 2. Lo mismo para conseguir #. Bueno, dos problemas menos. Pero no me resignaba a quedarme sin PrtScr. Así que busqué y encontré la solución en este blog.

Todo se basa en usar un programa llamado SharpKeys, que te permite asignar unas teclas a otras. Es perfecto, ya que he podido asignar Supr a F12, PrtScr a F11 y la tecla Enter del keypad del MBP (que no uso nunca) ahora funciona como AltGr.

He instalado algunos juegos, que funcionan maravillosamente bien, a tope de resolución y efectos gráficos. He estado luchando hasta conseguir que me funcione un mando de XBox con cable USB en Windows 7, me he instalado LLMd5sum para calcular cómodamente los md5sum de las cosas que me bajo… Vamos, que lo estoy usando a menudo. Y estoy encantado. Lo próximo: instalar (y probar) el SDK de Windows Phone 7…

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El proceso de instalación de mi MacBook Pro

Yo no hago fotos tan buenas. Click para ver el autor.

Yo no hago fotos tan buenas. Click para ver el autor.

Como ya he comentado, me he comprado un iMac como máquina principal de trabajo. Y esto ha supuesto que mi MacbookPro pasa a ser la máquina que me llevo al sofá cuando es temprano y los niños no se han levantado, o la que se viene conmigo a impartir un curso o una conferencia. He aprovechado para vaciarla de datos (todo está ahora en el HD del iMac), cambiarle el disco duro y, de paso, reinstalarla.

Para no olvidar qué le he instalado y para poder realizar las siguientes instalaciones más rápidas (por ej. ahora que quiero disponer de una máquina virtual VMWare con Snow Leopard) he pensado en ir registrando los programas instalados. Antes de leer pensad que es un conjunto de programas para el portátil de un programador y formador de informáticos. No necesariamente tiene que encajar con lo que tú instalarías. Además, aunque están numerados, no son pasos. Veréis que muchas cosas se están haciendo en paralelo. Sugerencias welcome, en los comentarios. Bueno, aquí está el resultado.

  1. instalamos Max OS X Snow Leopard. Máquina limpia, con 10.6.0, después de un buen rato de escuchar girar el DVD
  2. quitamos el icono de iDisk del Finder :-). Lo agarras y lo arrastras fuera del Finder, y porque no hay un hacha que lo despedace, que si no…
  3. reiniciamos para medir la velocidad. Entre el nuevo HD y el sistema limpio, esto corre que se las pela
  4. configuramos el ratón multitouch, que no funciona el «botón derecho» ni el scroll con dos dedos. Es un Magic mouse.
  5. instalamos Dropbox, aplicación de cabecera nº 1.
  6. lanzamos Dropbox para comenzar la sincronización. En Dropbox tengo los datos de otras aplicaciones, así que si no instalo Dropbox no hay tu tía.
  7. instalamos iLife’09. Poco que comentar. iPhoto es imprescindible
  8. instalamos AppCleaner, un desinstalador de aplicaciones que te deja el disco algo más limpio.
  9. instalamos iWork’09. Las presentaciones de los cursos las hago ahora con Keynote (sorry, OpenOffice.org)
  10. instalamos VLC. No sólo de trabajo vive el geek.
  11. ejecutamos actualización de software: 10 actualizaciones, 1,56 GB de descarga :-). Llegaremos a la 10.6.4.
  12. intento instalar XCode 3.2.4 y FAIL! Necesita Mac OS X 10.6.2 al menos :-(. A esperar.
  13. instalado Murky, para manejar el sistema de control de versiones de código fuente Mercurial. Si no sabes lo que es, puedes vivir sin ello 🙂
  14. instalado mercurial y GIT (otro DSCM)
  15. configurado a mi gusto Safari: eliminados rss, noticias, favoritos, etc. Los RSS se leen en Google Reader
  16. Actualizado VLC, que lo pedía
  17. bajando Evernote, aplicación de cabecera nº 2
  18. cambiado nombre del ordenador en Preferencias -> Compartir. No soporto los nombres por defecto de Mac OS X.
  19. comprobado que podemos acceder a los datos del disco USB :-). En él está el disco original con los datos.
  20. instalado 1Password. Luego lo configuramos (los datos están en Dropbox, y aún no ha terminado de sincronizar)
  21. Instalando, de mi MacBuzzer bundle 9 the big deal, Bodega, delibar y iDocument.
  22. Evernote descargado, lo instalamos y lanzamos. La conexión echa humo: Dropbox, Actualización de Software y Evernote los tres a la vez 🙂
  23. Dropbox dice que le quedan 38 días para terminar la sincronización 🙂
  24. lanzado y configurado delibar. Guardo mucho enlaces en Delicious y esta es la solución más cómoda que he encontrado en Mac, sin usar Firefox, claro.
  25. copiando librería de iDocument con mis PDFs (pocos) 822 MB. Marcado con color azul
  26. copiando algo más serio: carpeta Programming, con mi código fuente de trabajo.
  27. Evernote pide Growl: instalado
  28. finalizada sincronización Evernote
  29. instalado magic prefs, pero claro, FAIL2: no hay soporte de magic mouse aún, hasta que no termine la actualización del sistema
  30. actualizado finalmente a 10.6.4, iLife e iWork parcheados.
  31. XBench da resultados impresionantes
  32. ahora sí, instalado XCode
  33. configuradas Magic prefs y Magic menu
  34. ¿no ha terminado esto? Parece que hay nuevas actualizaciones de software: instaladas
  35. instalado Things. Dropbox sigue descargando…
  36. instalado Phone Disk y Pomodoro. Pomodoro me ayuda a concentrarme en los días espesos.
  37. configuradas cuentas de correo en Mail
  38. instalado DTerm
  39. instalado SizeUp. Fundamental para manejar ventanas con el teclado, moverlas entre monitores, etc. Windows 7 ya trae muchos de estos atajos de serie. Apple, ponte las pilas.
  40. Configurado 1password con el fichero de datos de Dropbox
  41. instalado salvapantallas Fliqlo
  42. instalado clickToFlash. Perfecto para bloquear Flash en Safari.
  43. instalado VMWare Fusion 3
  44. nocturne por si uso el portátil de noche y caffeine para evitar que se suspenda, cuando está haciendo algo que no requiere mi interacción (como descargar películas de internet corrección: yo nunca haría eso)
  45. eliminada advertencia de ejecutar apps de internet: escribe en un terminal defaults write com.apple.LaunchServices LSQuarantine -bool NO

Y eso es todo. Ahora queda usarlo 🙂

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Mejora la velocidad de tu conexión cambiando tus DNS

Llevo un tiempo pensando en qué podría hacer para mejorar la velocidad de mi conexión a Internet. Más allá de los típicos test de velocidad, hay algunos parámetros que se pueden tocar (con cuidado, y sabiendo qué se hace, que luego nos lamentamos) para probar si las cosas van mejor o peor. Y no es porque me vaya mal la conexión. Es por la compulsión de exprimir mis equipos, si puedo y se dejan.

Uno de esos parámetros que se pueden cambiar son los servidores DNS (hasta tres distintos) que tenemos configurados. Aunque probablemente ya lo sepas, cuando te conectas a otra máquina desde la tuya (por ej., cuando navegas por internet y te conectas a este blog) se produce una traducción entre el nombre «legible para los humanos» y el «número de matrícula» del servidor que contiene mi blog en Internet. Es decir, tu ordenador no comprende blog.freniche.com. El sólo entiende 67.15.211.19. Estos cuatro numeritos es lo que se llama una dirección IPv4. Los puedes obtener, para cualquier servidor del mundo, desde una consola de tu Linux / Mac con la orden:

host blog.freniche.com

blog.freniche.com has address 67.15.211.19

En Windows, lo puedes hacer con tracert blog.freniche.com desde una consola.

Es decir, los ordenadores se buscan unos a otros preguntándose por esos «números de matrícula» que son las direcciones IP (realmente lo hacen buscando los «números de bastidor», en analogía con los coches, que son las direcciones MAC, pero no quiero meterme con eso). Claro, que recordar las IPs de las máquinas a las que me quiero conectar no es demasiado sencillo.

En 1992-3, me conectaba a Internet (yo no sabía entonces que se llamaba así) desde terminales de la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla. Terminales de esos con la pantalla fósforo verde, lo que se llaman terminales tontos. Tenía que «facilitarme» el acceso a cuentas de alumnos de matemáticas porque los informáticos teníamos «capado» el acceso desde nuestra red. El caso es que llevaba una libretita conmigo donde apuntaba: tal dirección IP, tal universidad, tal otra IP, este servidor. De esa forma podía bajarme por FTP código fuente para programar en C. ¡Crackeaba cuentas para programar! El porno en caracteres ASCII no es igual de excitante, aunque hay frikis del ASCII que son unos artistas. El caso es que la traducción entre nombre y dirección IP la hacía yo mismo. Yo era mi servidor DNS con patas, y la cache DNS era mi libreta.

Evidentemente esto no es manejable cuando el número de servidores conocidos crece. Para eso se inventaron los servidores DNS. Cuando te conectas a cualquier web, se produce un intercambio de comunicaciones entre tu máquina y el servidor, y lo primero que se hace es obtener la IP que corresponde al nombre que acabas de escribir. Si esta traducción es rápida, las páginas aparecerán más rápido.

Pues me he encontrado con este artículo, que explica en Inglés cómo optimizar las DNS usando una utilidad llamada namebench. Aunque las capturas de pantalla son de Mac, namebench corre en Windows, Mac y Linux y en los tres SOs se pueden cambiar los servidores DNS. Googlea un poco.

Paso a paso

  • Descarga namebench y lánzalo. Te aparecerá una pantalla como ésta:
Marca que incluya los proveedores DNS globales, los DNS más cercanos geográficamente y que incluya test de censura (por si nuestra conexión está limitada de alguna manera).
  • Lo lanzas y, tras un rato, te abrirá el navegador con información del servidor DNS que te recomienda, el porcentaje de mejora respecto al que tenías y gráficas con información técnica.

En mi caso, OpenDNS es el que gana claramente. Le gana incluso a los servidores DNS públicos de Google.

Si estás convencido, debes cambiar los servidores DNS en cada máquina que tengas en casa (a no ser que tengas algo que actúe como servidor DNS en casa, en cuyo caso no creo que tenga que explicarte nada 🙂 ). Por ejemplo, en mi MacBook Pro, he cambiado los DNS tanto en la conexión cableada (Ethernet) como en la inalámbrica (WiFi), como muestro en las siguientes capturas:

Actualizando los DNS en mi conexión Ethernet

Ahora en la WiFi:

Podemos tener hasta tres servidores DNS. Si el primero no responde, por lo que sea, se pasa al segundo y sucesivamente. Ahora que todo está configurado, en el Mac basta con aceptar los cambios. Ya podemos probar y ver que navegamos más rápido. ¡Bien!. En Windows XP probablemente tengas que reiniciar la máquina entera :-S.

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Cómo recuperar los datos tras un rm -rf en Mac OS X

O tras un rm -rf en Linux (p.ej. Ubuntu) o tras enviar algo a la papelera y vaciarla, ya sea en Windows o en Mac.

Hola. Si has llegado a este post desde un buscador, desesperado por recuperar tus datos, sólo tres puntos a considerar:

  • respira y relájate. El daño ya está hecho. Con la cabeza en su sitio recuperarás lo que puedas sin ahondar aún más en el desastre
  • no vayas a enfadarte conmigo si lo que aquí pongo no te funciona. Te puedo aclarar dudas, pero no hacer milagros. Recuerda que quien vació la papelera no fui yo 🙂
  • lee la receta que viene a continuación, aplícala, y si recuperas tus datos dame las gracias en un comentario, contándome tu experiencia. ¡Ánimo!

Al resto, a los que (todavía) no habéis metido la pata, tras la receta contaré cómo metí la pata y mi historia de recuperación de datos. ¡Sí, otra batallita!

Cómo recuperar los datos tras el rm -rf

  1. No borres nada más, no toques el ordenador, no instales nada. Cuanto más utilices el disco duro, más datos se leerán de el, pero también se grabarán. Los ficheros que has borrado están aún en tu disco duro y probablemente los puedas recuperar. Pero si te pones a grabar cosas, la probabilidad de que uno de los bloques ocupados por tus archivos se sobreescriba crece y crece. Si puedes (y sabes que tu ordenador arrancará luego), apaga el ordenador y lee esto desde otro.
  2. Si has borrado parte del S.O., apagar el ordenador es el menor de tus males. Siempre puedes arrancar con un disco live de Ubuntu (o un USB arrancable de Windows, p.ej. creado con BartPE o de Mac OS X), copiar los datos en un disco USB / Firewire externo y reinstalar. Voy a suponer que has perdido ficheros de datos, y que el S.O. está OK.
  3. Herramientas que necesitas:
    1. Un disco externo donde guardar la información que vas a recuperar, con suficiente espacio libre. Si tienes uno lleno de películas bajadas de Internet, las borras que siempre podrás bajarlas de nuevo y haces sitio. Lo primero es lo primero.
    2. El excelente programa PhotoRec, utilidad de recuperación de datos para Linux, Mac, Windows y casi cualquier S.O. moderno.
    3. Paciencia, muuuucha paciencia. Recuperar los datos es un proceso muy largo (dependiendo del tamaño de los discos). Para que calcules, 200 GB tardaron más de 24 h.
    4. Opcional. Un disco de arranque externo USB en el que puedas instalar PhotoRec, para hacer la recuperación desde ese disco, leyendo el interno en el que has borrado, y grabando en otro disco USB que pinches para recibir los datos rescatados.
    5. Opcional. Una SAI si el equipo no es un portátil. No quiero imaginarme lo divertido que debe ser estar en medio de la recuperación y que se vaya la luz…
  4. ¿Ya lo tienes todo? Arranca con tu disco externo o instala PhotoRec en el sistema a salvar, y ejecútalo. Lo debes lanzar desde una consola, mejor si tienes privilegios de administrador: cmd.exe en Windows, Terminal en Mac OS X, Gnome Terminal en Linux, etc. En el caso concreto de Mac está en una carpeta llamada Darwin dentro de la carpeta que se descomprime al bajar el fichero.
  5. Si no tienes privilegios de administrador, en Ubuntu Linux y Mac OS X se obtienen escribiendo en la consola: sudo su e introduciendo tu clave de inicio de sesión.
  6. Sí, es muy feo, es el típico programa de MS-DOS que corría sólo con modo texto. Pero ¿para qué lo quieres bonito? Lo que quieres son tus datos. Y es GPL. Luego coste cero. Todo el programa se maneja con las teclas de cursor y el Enter. Aquí no hay ratón que valga.
  7. Escoge el disco donde están los datos perdidos. En Windows te aparecerán las letras de unidad.
  8. A continuación hay que indicarle el tipo de tabla de particiones que tenemos. Normalmente Intel funcionará con Linux y Windows, EFI GPT con los Macs nuevos (con procesadores no PowerPC) y Mac con los macs PowerPC.
  9. Ahora podemos pasarle opciones sobre los ficheros que queremos recuperar (p.ej., para que sólo busque fotos, o sólo archivos comprimidos, etc.)
  10. Finalmente le indicamos el disco destino de la recuperación. Muy importante: que no sea el mismo desde el que recuperas. Puedes sobreescribir datos que estás intentando recuperar.
  11. Cuando termine la recuperación, tendrás un montón de carpetas, cada una con 500 ficheros. PhotoRec, va recuperando pero para no hacer los directorios muy largos, cuando llega a 500 para y crea una nueva carpeta. Los nombres de los ficheros se los va inventando.
  12. Ahora viene lo duro. Localizar tus ficheros. Yo te recomiendo que hagas búsquedas por tipo de fichero, por ejemplo, que busques todos los .MP3 que están en esas carpetas, o todos los .DOC, etc. Ir viendo una a una puede ser desesperante, ya que te encontrarás todo tipo de ficheros recuperados que probablemente sean basura para ti.

Mi experiencia (doble) con PhotoRec

Por desgracia (o por suerte, nunca se sabe) he tenido que tratar con PhotoRec dos veces seguidas en un corto espacio de tiempo. La primera, tras lanzar un rm -rf donde no debía en Mac OS X y la segunda para recuperar las fotos de una tarjeta Memory Stick Pro Duo que no se podía leer. ¡Vamos con la primera experiencia!

Borrando donde no se debe en Mac OS X

Mac OS X monta los volúmenes (particiones, discos externos, etc.) en una carpeta llamada /Volumes. En esta carpeta se monta, por ej., mi Drobo. Concretamente debe montarse en /Volumes/Drobo. Pero hay veces que se me olvida apagar el Drobo antes que el PowerMac G5 al que está conectado y, por un fallo documentado esta carpeta no se borra. Resultado: en el siguiente arranque Drobo detecta que ya existe una carpeta con nombre Drobo y crea otra «Drobo 1». Y así hasta el infinito. Feo. No me gusta. Solución: borrar las carpetas «Drobo*» para que no se acumulen. Aquí en donde entra el rm -rf /Volumes/Drobo 1/, pero por causas que no acierto a concretar, escribí como rm -rf /Volumes/. Resultado: todos los discos conectados al Mac, preparados para ser exterminados. Todos. Los dos discos duros internos, los discos por red (Time Capsule). El Drobo no, porque antes de estas operaciones lo suelo apagar. Menos mal que fui rápido y sólo se borró el segundo disco duro interno del G5. Sólo. 200 GB a la basura.

¿Y no tenías backup? Bueno, la mayoría del contenido era prescindible: cosas bajadas de Internet (que se vuelven a bajar). Pero había algunas películas de vídeo propias que no tenía pasadas a ningún sitio. ¡Gosh!. ¡La liamos!. Y aquí es donde ha entrado PhotoRec. He podido recuperar gran parte de los vídeos, que es lo que me interesaba. El resto ni lo he buscado. Y han aparecido fotos que habían estado en ese disco pero había borrado, MP3s, de todo. Es curioso cuando recuperas datos, las cosas que pueden llegar a aparecer.

Al final la cosa no ha sido tan grave, pero necesito urgentemente un plan de backup (y probar los restores). A ver qué puedo organizar con lo que tengo (y, a lo mejor, ampliando un poco mi Drobo) y cuando lo tenga lo pondré por aquí.

Recuperar una tarjeta de memoria irrecuperable

Una amiga me trajo una tarjeta, en teoría llena de fotos, pero que no era capaz de ver con la cámara. Le decía que debía formatearla. Un poco radical ¿no?. Así que decidí ayudarle: igual con mi PSP, o conectando la tarjeta al lector de MS Pro Duo de mi Dell Vostro 1510 la cosa mejorase. Pues no. No hay forma. No se puede leer la tarjeta. Varias máquinas, varios S.O. y misma respuesta.

¿Solución? Hacer lo que nos pide. Formatear la tarjeta y luego usar PhotoRec. A fin de cuentas, la mayoría de tarjetas de memoria vienen con formato FAT32, así que formatearlas no es más que escribir algunos bloques del inicio del disco. El resto se queda como está. De esta forma, PhotoRec (esta vez corriendo en Windows 7 Ultimate) recuperó un 1GB de fotos sin ningún problema.

¿Y tu experiencia? ¿Cómo te ha ido recuperando datos? ¿Qué herramientas has usado? ¡Compártelo en los comentarios!

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Conseguir que Mac OS X suene «a-la-Windows» al insertar un dispositivo USB

Escribo este post por una pregunta que me ha llegado a la lista de correo del GUM Sevilla. Concretamente la pregunta era:

Tengo una consulta sobre Growl y eventos de sonido. Quisiera que, cuando pincho un dispositivo USB, al igual que sucede en Windows, suene un sonidito en mi MacOs Snow leopard.
¿Es esto posible?

Growl es un sistema de notificaciones en pantalla que se controla mediante un panel de preferencias. Si vamos a las Preferencias del Sistema veremos a Growl en la parte final «Complementos». Un click y lo abrimos. Se nos mostrará la pestaña General. Vamos a la pestaña Applications. Ahí disponemos de una lista de aplicaciones que tenemos instaladas y que soportan el sistema de notificaciones de Growl. Es decir, estas aplicaciones, cuando tienen algo que contarnos, le mandan ese mensaje a Growl y el se encarga de ponerlo en pantalla, tocar un sonido, etc.

En el caso que nos ocupa, como es un tema hardware (conectar un dispositivo USB), buscaremos la aplicación Hardware Growler. Comprobaremos que está instalada en nuestro sistema (la hemos copiado desde el DMG de instalación de Growl a la carpeta Aplicaciones) y que está habilitada en Growl (enabled) y pulsaremos en Configure. Tras esto nos aparece una pantalla como la siguiente:

Configuración de GrowlPulsando en Notifications (tal y como se muestra antes), basta con seleccionar el sonido deseado en el último cuadro desplegable: Play Sound.

Y casi listo. Nos falta lanzar Hardware Growler para que monitorice todos los eventos anteriores de hardware y, cuando suceda alguno, nos muestre la notificación growl correspondiente. Funciona en Mac OS X 10.6.2 Snow Leopard. Supongo que en el resto también funcionará.

¿Que por qué cuento esto aquí y no en la lista de correo del GUM?. Porque esa lista no permite imágenes adjuntas :-).

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