Perks

Estoy muy pesado con lo bien que estoy en Teamwork. Pero es que tras trabajar toda mi vida como autónomo, que me traten como a un ser humano en el trabajo es un cambio enorme. Probablemente los que estén acostumbrados a trabajar en estartaps verán como normales y estarán acostumbrados a la mayoría de ventajas con las que yo me maravillo. Es lo que tiene haber pasado mucha hambre. Que los filetes se saborean mejor.

Por eso disfruto con mi MBP del trabajo, no el último modelo, sino el modelo exacto que yo quería (no me gustan los modelos de 15″ con ToyBar ™?). Disfruto de poder asistir cada año a la conferencia de desarrollo que yo elija. De tener a mi disposición libros o cursos. De tener unas oficinas alucinantes, aunque esto lo disfruto poco, al estar trabajando como remoto (por supuesto, trabajar a distancia tiene sus ventajas). Disfruto del privilegio que supone tener una máquina de café en cada planta de la oficina, refrescos infinitos o snacks que nunca se acaban. Mi sueño de niño gordo se ha visto cumplido en una realidad de adulto. De adulto gordo.

Todo esto (y muchísimas cosas más, como 30 días de vacaciones, o seguro médico, o planes de jubilación, o etc. etc.) son privilegios. Tenemos la suerte de trabajar en un sector muy demandado y que las empresas busquen programadores como locos. Parece que esto de programar es muy difícil, o que a la gente ya no le interesa, el caso es que somos pocos. Y la demanda no deja de aumentar, así que por ley de oferta y demanda las empresas nos ofrecen más y mejores condiciones. Perks. Pero nunca debemos olvidar que, aparte de un salario aceptable según tu experiencia y unas condiciones laborales dignas, que te pongan una silla Aeron de Herman Miller para trabajar es un privilegio. Recordarlo cada día me ayuda a disfrutarlo. Preferiría no tener que trabajar, claro, pero ya que no soy rico intento disfrutar de lo que tengo que hacer para pagar la hipoteca.

Perks. Tan de moda. Mesas de ping-pong. Futbolín. Consolas para jugar en la oficina. Con estas cosas se quiere atraer el talento. Yo siempre he pensado que son paridas. En primer lugar, el talento, así en abstracto, ni se retiene ni se atrae. Se refieren a personas, pero parece que les da alergia hablar de seres humanos. En segundo lugar, estos juguetes pueden sorprender al principio. Pero no son ni de lejos lo más importante. Yo he descubierto el mejor perk para que la gente no quiera irse. Es un secreto que voy a compartir con el mundo. ¿Preparados?

El mejor perk es estar rodeado de excelentes compañeros. De trabajar codo con codo con buenas personas que además se esfuerzan por ser mejores profesionales cada día. Que te enseñan y aprenden contigo. Que se equivocan. Que aciertan. Que se apasionan defendiendo sus puntos de vista, pero no se enfadan contigo. Gente que te obliga a mejorar porque les ves crecer, estudiar, probar cosas, saber mucho más que tú. Estar con un equipo con el que te ríes, con el que afrontar las inevitables crisis y sinsabores del trabajo no tiene precio. Al final jugarás una o ninguna partida de ping-pong, pero si tu jefe es un capullo al que aguantar cada mañana, eso no hay perk que lo compense. Un proyecto bonito, un grupo de compañeros que realmente lo sean, y no sólo gente que va a la misma oficina que tú, que sean buenas personas y mejores profesionales… dame eso y quédate tú con tus perks y ese dolor de barriga característico al levantarte cada mañana.

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Fraudismo 101 – enseñar las vergüenzas

Tu jefe entra a la oficina. Es Lunes, son las 9:30 y se nota el cansancio del fin de semana, el cansancio de los que nacieron cansados, el cansancio de las quejas por lo malo que es el trabajo (pero eso sí, no hago nada por mejorar como, por ejemplo, irme que me da pereza). Cansancio. Eso y ganas de ir a desayunar. En medio de la granja de cubículos el jefe anuncia a voz en cuello, sobresaltando a varios:

  • «a partir de mañana vamos a instalar un Wall Screen en la entrada. En este Wall Screen vamos a poner una secuencia de capturas de vuestro código sacado de los repositorios de la compañía junto con vuestro nombre y una foto. Con animaciones chulas, para impresionar a los clientes que vengan y puedan leer el código que escribimos». En broma añade: «es eso o venir a trabajar en pelotas».

El Martes, todos fueron en bolas.


Esto, que puede parecer exagerado, es lo que se produciría si de pronto tu compañía le mostrase a todo el mundo tu código de golpe. Bueno, quizás no irías desnudo, pero los niveles de ansiedad y mala leche se dispararían bastante. Enseñar tu código es una de las cosas que más estrés produce del mundo, junto con el examen del carnet de conducir y dejarle el móvil desbloqueado a tu pareja. Dado que el resto ya lo sabe todo y que sabemos que somos unos fraudes, la perspectiva de enseñar nuestro código hace que el cerebro entre en pánico.

Lo que tu cerebro imagina que va a pasar: al llegar a la oficina, todo el mundo se va a poner en pie, señalándote con el dedo y riéndose de ti, mientras terminan de colocar pancartas con «El código de Diego apesta» escrito con pintura roja y te lanzan verduras podridas a la cabeza. Te sientas y todo el que pasa te da una palmada en la cabeza junto con un cariñoso «pringao». Te han quitado el ordenador para que no perpetres más crímenes contra el Clean Coding. El tonto de la oficina se sienta a tu lado y cada dos minutos te da un golpecito en el hombro y te susurra «loser». Godzilla está en camino para comerse tu coche. Tu pareja te llama porque «tenemos que hablar».

Lo que de verdad pasaría: nada.

Y sin embargo estos miedos llenan de pesadillas las noches de los programadores. Esa es la razón de tantas risitas nerviosas cuando había que unir el código de todos en las prácticas de la Universidad. O por qué cuando se asoma tu jefe a «ver cómo va eso, que le enseñes algo» siempre se piden 10 minutos más, que ya «casi casi está, un momentito que ahora te lo enseño». Miedo. Al rechazo de tus compañeros. A no dar el nivel que se espera. A Godzilla. Es que no he terminado de pagar el coche.

Quizás el 10% de los que programan en la oficina se fijaría en tu código (que no son todos los que andan por allí). De esos, algunos usan tu mismo lenguaje, otros no. Así que estos asumen que lo haces bien porque para ellos ya eres senior. Y los que lo entienden, probablemente te hagan algún comentario positivo sobre cómo lo hacen ellos. Si es que es distinto. O que usan tal o cual librería, con lo que aprendes. O que gracias a tu código han aprendido cosas (¡de ti, de un Fraude, inaudito!). Al compartir siempre ganas. En este caso, al recibir críticas de tu código aprenderás horrores en muy poco tiempo, sin los horrores que imaginas.

«Recibir críticas == terror». Pues no. Yo invoco siempre este mantra cuando tienen que mirar mi código (por ej. en una code review):

cuando critican mi código sólo critican mi código, no a mi

Es así de simple. Sólo puedes saber lo que haces mal comparando con otros que lo hacen mejor. En cuyo caso aprenderás. Si no contrastas, no aprendes. Puedes aprender leyendo libros, pero al dejar que otras personas revisen tu código comparas de golpe con todos los libros que ellos ya han leído, gratis.

Y la gente es buena.

El doble G

Pero claro, siempre está ahí el miedo a encontrarte con el doble G (Gran Gilipollas) que sabe mucho y se reirá de ti. En mi experiencia (unos cuantos años ya) he deducido que el doble G es una ilusión paranoide colectiva producida por el exceso de radiaciones que recibimos de nuestros ordenadores. No existe. O yo no lo he visto. Es como BigFoot.

Si alguien sabe mucho normalmente es porque tiene lo que llamamos experiencia, que consiste en cometer todas las posibles equivocaciones y luego ser capaz de recordarlas. Si no las recuerdas eres un yo. Alguien así o bien te va a comentar cómo mejorar (porque ya lo sabe) o va a estar liado con sus cosas de senior y no va a tener tiempo para dedicarse a ti. Pero siempre te podrá recomendar un libro, un blog, un video. ¿Qué sentido tiene reírse del que no sabe? ¡Si ya sabes que no sabe!

Comparte

Mi experimento de los Wall Screens nunca se ha llevado a cabo tal cual. Pero existe, en la forma de repositorios públicos de código, vídeos donde apareces dando una charla a un grupo de compañeros o posts de tu blog donde hablas de tal o cual tema que ahora has dominado. Cuanto más compartas, mejor. Porque para apaciguar al monstruo del miedo no tendrás más remedio que profundizar, revisar, aprender, mejorar. Porque Godzilla te da miedo, ¿recuerdas? Luego escribir un inocente post sobre algo probablemente te convierta en un experto en ese algo. Al menos, más experto de lo que eras antes.

Combate el miedo publicando cosas. Total, lo más que te pueden decir es que yo ya lo sabía o que eres un fraude.

P.D.: Por cierto, y por si no lo has percibido, he creado un mantra. Mi carrera hacia el Olimpo gafapástico de gurú de salón avanza que da gusto.

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Una mañana de trabajo cualquiera

Me paro un momento y miro en lo que estaba trabajando, y los programas que tengo abiertos ahora mismo, y no puedo evitar pensar que soy lo más alejado del minimalismo. Al menos en lo que se refiere al ordenador. Era minimalista cuando no tenía dinero más que para mi querido Amstrad CPC 464 con el monitor fósforo verde, con su unidad de casetes. El único periférico que tenía era un Joystick. Y a usarlo. Pero veía en las películas a gente en países lejanos y extraños, en salas llenas de ordenadores.

Como el programador de Parque Jurásico (que, por supuesto, además de ser el malo, cobarde y torpe, estaba mal pagado y era gordo y feo). Por cierto, si veis de nuevo JP os llamarán la atención dos cosas: una, que están programando fumando, algo impensable en cualquier entorno de hoy en día. La otra, que el sistema de «bug tracking» que usan es una libreta donde van anotando los errores 🙂

Volviendo al tema que me traía aquí, en esta mañana he comenzado programando en C, en el IDE Eclipse corriendo sobre Windows 7. Ese Windows 7 está instalado en mi MBP. Por si fuera poco frikismo, he usado el escritorio remoto de Windows para programar esos ejemplos en una ventana del iMac de 27″, que para eso tengo una pantalla grande. Mientras programaba iba actualizando la presentación de Keynote que acompaña al curso, en el iMac. Sonaba la música desde iTunes, donde estaba restaurando mi iPhone 3Gs con una copia de seguridad de ayer: mis niños han borrado algunas fotos en un descuido.

He terminado con C y me he pasado a WordPress. Arrancando una máquina virtual VMWare de Bitnami, que ya tiene un entorno WP completo sobre Linux, me he dedicado a crear un nuevo sitio para migrar una vieja web que hice hace ya la tira en Typo3. Es decir, instala plugins, widgets, temas, escribe posts, importa información, etc.

Ahora toca pensar en el próximo curso de Java EE que tengo que impartir a finales de mes. Java, Servlets, EJBs, JBoss, Eclipse de nuevo (aunque ahora en su «sabor» Java). Tendré que ojear un libro, que tengo en formato CHM (formato típico de Windows en otra época). Y luego, un poco de Objective C para comenzar un proyecto iPad que me han encargado. Tengo cosas que leer de UML…

Es por este desbarajuste de trabajo que tengo, con tantas tecnologías, frameworks, lenguajes, herramientas y entornos distintos por lo que amo a mis dos Macs. Necesito ser anti-minimalista, ya que si lo fuera no podría hacer la mitad de las cosas que hago. Esta es la razón de haber ampliado mi iMac a 12 GB de RAM. Aún así, procuro no instalar nada si ya tengo una aplicación que hace más o menos lo mismo, que si no acabas con un montón de aplicaciones similares que no acabas de dominar en profundidad.

Bueno, sigo, que quiero ir terminando. Que no hace mucho me comentaron que a lo mejor tengo que aprender CLIPS… 🙂

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«The more memory and HD you’ll have, the happier you’ll be»

No recuerdo dónde escuché esta cita por primera vez. Debió de ser en los años de la carrera, allá por el 94 ó 95. Sí, en la prehistoria. El caso es que la he usado muchas veces. Y la última vez ha sido para responder a gente que se asustaba en Twitter de que le he puesto al iMac 12 GB de RAM. ¿Es mucho?. ¿Es poco?. Vamos con ello.

Lo  primero, dar la razón fundamental de ponerle tanta memoria al iMac: porque puedo. Sí, así de sencillo. En el 94 ni hubiera soñado con estas cantidades de memoria, ni siquiera para un disco duro. Es como pensar hoy en una RAM de 32 Hexabytes. Así que no podía plantearme si era mucho o poco: simplemente no podía. Pero hoy en día, cuando 8 GB cuestan 120 Eur. IVA inc., si necesitas esa memoria, o te apetece, tampoco es una inversión que te lleve a la bancarrota.

Además, cuando es aquí donde me gasto mi dinero. Quiero decir, que no tengo moto, no me gustan los coches potentes, ni la ropa de diseñador, ni juego al bingo, ni me gusta la coca, ni jugar al póker. Mis vicios son baratos ¡qué le vamos a hacer!. Nada me gusta más que un buen gadget electrónico. Hay quien le da por coleccionar sellos, o montar maquetas. O tener un yate. Yo tengo chismes.

Así que nada mejor para complementar a mi querido iMac Core i7 que estos 8 GB, que se han sumado a los 4 GB que traía de fábrica. Ahora tengo una máquina redonda, muy equilibrada, potente y estable. Y de la pantalla, para qué hablar 🙂

En un día normal de trabajo, si miro el consumo de memoria me puedo encontrar con algo como esto:

Memoria usada

Memoria usada

Este es el consumo que tengo mientras escribo estas líneas. Se puede ver que, usado (ya sea por programas, por el S.O. o que está «cacheando» algo en memoria) tengo 4,59 GB. Algo más que los 4 GB originales. Hace unos meses, el equipo estaría paginando, es decir, tendría que sacar algún programa de memoria y guardarlo en disco (normalmente el que hace más tiempo que no se usa). El dato de Paginación (salidas) sería mayor que 0, y todo el sistema me iría más lento. Estaría tratando de ejecutar, a la vez, más programas de los cabrían en mi memoria RAM.

Como se puede ver, el problema ahora no es ese. Me sobran 7,40 GB. ¿Excesivo?. Para nada. En cuanto tenga que correr alguna máquina virtual con VMWare, o lanzar XCode 4 (con todo lo que ello implica), o jugar a Left 4 Dead 2 sin parar algo 😉 la memoria disminuye y se queda en algo como esto:

Usando memoria

Usando memoria

Uso el ordenador muchas horas al día. Por trabajo, y por placer. Y no hay cosa que me irrite más que quedarme sin espacio en disco, o ver que la máquina no va todo lo «fina» que debiera, por una tontería como es la RAM. Así que, como dice el título, un poco de RAM me hace mucho más feliz. ¡Comprueba la tuya!

P.D.: Si quieres saber cómo interpretar el uso de memoria que está haciendo tu Mac, te recomiendo este excelente post de MPG.

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Qué necesitas instalar para programar en C en Windows

Tengo que impartir un curso de introducción a la programación, utilizando el lenguaje C, dentro de unos días. ¡Bien!. Ya hacía años que no podía disfrutar con un curso así, en el que puedes enseñar los fundamentos a un grupo de personas, y ves cómo aprenden desde el principio y cómo van evolucionando. Encima, para mayor regocijo del docente, el lenguaje elegido es C. Siempre he considerado C como mi lenguaje totem, el hogar a la que volver, con el que me siento más a gusto. En los 90 programé bastante en C y C++. Pero a finales de la década, llegaron primero Visual Basic y luego Java, y no volví a programar en C. Hasta que el año pasado empecé a aprender Cocoa y Objective C para hacer Apps en Apple iOS. Y me ilusioné al descubrir que Objective C es un superconjunto estricto de C, es decir, que tiene todo lo que tiene C, y más cosas.

Así que el curso pinta bien. Si lo pudiera impartir en Linux, ya sería la repera (porque en Mac ni me lo planteo: las empresas cárnicas aún no lo usan). Pero todo no puede ser perfecto. El cliente quiere Windows. Bueno, sin problemas, yo no soy anti-nada. Windows 7, como ya he comentado antes, me parece un buen S.O. No es mi elección para el día a día, porque me siento más cómodo en UNIX (Mac en este caso), pero la última versión es una buena elección para sus usuarios. El problema entonces era encontrar un compilador y entorno integrado que fuese cómodo para programar y que ya conociese. Y si fuera Software Libre, perfecto.

Con estos requisitos, Visual Studio queda fuera. Cierto, llevas el IDE y el compilador integrados de una vez, pero no lo he usado nunca. Y aunque ahora es gratis la versión exprés (o podría usar una de prueba para el curso) no me apetecía pelearme con otro IDE. Netbeans cumple casi todo, pero no lleva integrado el compilador. Ni Eclipse, pero ya que conozco razonablemente Eclipse tras todo el tiempo que le he dedicado impartiendo cursos de Java y preparando certificaciones, me parecía la mejor opción. Así que vamos con la instalación de Eclipse para programar en C en Windows.

Instalar el compilador de C

Lo primero que hay que tener claro es que Eclipse sólo es un Entorno Integrado de Desarrollo. Un IDE. Un editor potente, un programa para organizar tus proyectos de software y no pelearte con ficheros sueltos en una carpeta, un sitio donde ver los errores de compilación y leer la ayuda. Un aglutinador de herramientas. Pero no es un compilador. No lo incluye. E igual que cuando preparas un Elcipse para programar en Java hay que instalar previamente el JDK, que incluye el compilador de Java, aquí hay que instalar el compilador de C.

Buscando uno libre y moderno (el último compilador de C que usé en S.O. Microsoft fue el djgpp sobre MSDOS), di con MinGW, Minimalist GNU for Windows, un conjunto de herramientas GNU (las mismas que se encuentran en GNU/Linux) pero compiladas para Windows. ¡Perfecto!. Instalando esto ya tengo GCC (el compilador de C en Linux y Mac de toda la vida), make y el resto de herramientas de desarrollo desde la linea de comandos. Instalarlo es descargar el ejecutable y pulsar en Siguiente, Siguiente hasta el final. Ojo: instala MinGW en C:\MinGW para evitar problemas posteriores. Es el sitio que aparece por defecto al instalar, así que déjalo como esté.

Tras la instalación, y para que Eclipse pueda encontrarlo, tendremos que añadir la carpeta con los ejecutables de MinGW al PATH del sistema (instrucciones en Inglés, o bien sigues leyendo). Para poder usar cualquier programa en Windows tenemos dos opciones: o bien vamos a la carpeta donde está el programa y lo lanzamos desde ahí, o incluímos la carpeta en la variable PATH del sistema de forma que cada vez que se necesite ejecutar ese programa Windows lo encuentre. Vamos a ello. Abrimos un explorador de Windows (Tecla Windows + E) y pulsamos con el botón derecho del ratón sobre Equipo.

Configuración del Sistema

Configuración del Sistema

Si pulsamos en «Configuración Avanzada del Sistema» nos aparecerá la ventana clásica de «Propiedades del Sistema» de XP. Si no está abierta, hacemos click sobre la pestaña «Opciones avanzadas» y veremos un botón abajo del todo que pone «Variables de entorno». Entrando, veremos dos tipos de variables: del Sistema y de nuestro usuarios. Las variables del Sistema tienen efecto para cualquier usuario que inicie sesión en esta máquina, mientras que las del usuario sólo nos afectan a nosotros mismos. Cuando añado algo al PATH, me gusta que sea a nivel del Sistema, así que buscamos PATH y doble click. En la ventana que se abre, debemos ir al final de la lista de directorios, añadir un punto y coma y la carpeta donde está MinGW.

Configurando PATH

Configurando PATH

Mi PATH queda algo como:
%SystemRoot%\system32;%SystemRoot%;%SystemRoot%\System32\Wbem;...;C:\MinGW\bin

La prueba definitiva de que todo está OK es abrir un intérprete de comandos de Windows, pulsando la Tecla Windows + R y escribiendo «cmd» en el diálogo que aparece. Si escribimos gcc -v y nos aparece información sobre nuestra versión instalada del compilador de C GCC, felicidades. Ya podemos compilar.

MinGW funciona!

MinGW funciona!

Instalar un entorno JRE de Java

Eclipse es un programa que está escrito en Java. Luego para poder ejecutarlo necesitamos instalar en nuestro Windows el JRE (Java Runtime Environment). Una vez que lo tengamos, podremos ejecutar cualquier programa Java, así como Applets en el navegador. Probablemente ya lo tengas instalado (puedes ver si tienes en Archivos de Programa una carpeta llamada Java) pero si tienes dudas, instálate el último JRE de la página de Sun (ahora Oracle). Para comprobarlo, desde una terminal, escribe java -version.

Instalar Eclipse CDT

Siguente paso: descargar Eclipse. Para ello, buscaremos la versión correcta, ya que Eclipse es un IDE que sirve para todo. Con Eclipse podemos programar en C, C++, Java, PHP, … casi en cualquier cosa. Por ello, hay paquetes ya precreados con un Eclipse totalmente configurado para un uso determinado. El que nos hace falta en este caso es el Eclipse CDT

Descargamos el fichero (tardará un rato, pesa unos cuantos MB) y una vez lo tengamos, lo movemos a la carpeta que queramos. Aunque Eclipse sea un programa no se «instala» en Archivos de Programa, aunque podemos moverlo ahí. Realmente se descomprime, se abre, se pulsa sobre el icono de Eclipse y listo.

Si todo ha ido bien, podremos crear un nuevo proyecto C, añadir un fichero y compilar sin problemas. Pero esto va a ser material para otro post.

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El mapa de red de mi casa

Mal vamos cuando me he tenido que hacer un mapa de red para enterarme de algunas máquinas (las principales) que tengo por casa. Digo algunas, porque no están todas. Están las fundamentales de trabajo y ocio, pero no aparecen mis iPhones ni algunas otras que colecciono y se pueden conectar a la red (Amiga 1200, Amiga 600, Sun Solaris, PowerMac G3, Pentium IV, etc.).

El esquema de red de mi casa :-)

El esquema de red de mi casa 🙂

¿Que para qué quiero tantas máquinas? ¡Eso mismo empiezo a preguntarme yo! Unas las he comprado por trabajo (el Dell Inspiron 9400 fue mi portátil de trabajo hace tres años), otras por gusto (mi MacBook Pro, o el PowerMac G5, aunque ahora son mis herramientas principales de trabajo). Otros me los he ido encontrando por el camino y, a fin de cuentas, a todo Geek le gusta almacenar cacharros con los que trastear. Si no, no nos llamaríamos Geeks 🙂

Tengo que escribir un post de mi escritorio actual y cómo y para qué utilizo cada ordenador. Y también voy a empezar a soltar lastre. Ahora que acabo de ver este mapa, me ha entrado pánico 🙂

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El tablet de Apple va a triunfar donde otros fracasaron

Mis predicciones para el tablet de Apple en 2010
Me pongo el vestido de pitoniso para hacer una predicción en mi blog (a fin de cuentas, como está haciendo todo el mundo) y dar mi opinión totalmente subjetiva basada en un montón de rumores que pululan estos días por Internet. ¿Y sobre qué va a versar tu prosa profética, Maese Nostradamus?. Sobre el tablet de Apple, aparato ya casi mítico en el imaginario colectivo de los seguidores de San Steve Jobs, esperado y rumoreado durante años, y que parece que, al fin, va a aparecer este Enero de 2010, no se sabe si el día 26 o el 27.
¿Un tablet PC? ¿Y por esto tanto rollo? ¿Pero no llevan existiendo los tablets desde que el mundo es mundo? O por lo menos desde el 2000, que yo recuerde… Sí, es cierto. La categoría TabletPC, tal y como la conocemos hoy día, lleva existiendo bastante tiempo. También, cada año, las grandes consultoras (gente que cobran por ser pitonisos, no como yo que encima hago esto de gratis) hacían su predicción, advirtiendo que «este iba a ser el año de los tablets» cada vez que alguna firma de hardware se aventuraba a sacar un modelo con capacidades táctiles. Nos hablaban de sus posibles usos, de un mundo donde en los hospitales, aeropuertos, almacenes, la gente llevaría TabletPCs y no esos pesados portátiles, y que se usaría el stylus (el lápiz) para la entrada de datos, que para eso es un paradigma de interaccion con la máquina más sencillo, y humano, y todo eso. Claro, que estos son también los que cada año nos hablaban de que este sí, era el año de Linux en el escritorio. Viendo que han fallado 10 veces en una década, con toda la cara del mundo proclaman ahora que Linux será el S.O. de la segunda década del siglo XXI. Con predicciones tan finas como estas, sorprende que la gente les escuche. En fin, ¿por dónde iba?. ¡Ah, sí, el TabletPC!
Estamos ahora mismo en una situación similar a cuando Apple presentó el iPod. O el iPhone. Ya existían innumerables reproductores de MP3 en un mercado saturado donde el personal se peleaba a ver quién metía más cosas en un aparato cada vez con más botones y más barato. Y, de pronto, se planta Apple con un aparatito blanco, apenas sin botones, que ni graba, ni tiene radio, ni nada de nada. Y se come el mercado. Redefine la categoría. Ahora se llaman «iPods», y no reproductores de MP3. La clave: iTunes, la sencillez para descargar música y la facilidad de uso del iPod. En 2007, con el iPhone, vuelven a repetir el mismo éxito. ¿Existían smartphones antes del iPhone? Pues sí, pero instalarles cosas estaba vedado a los iniciados. El Apple Store ha terminado con ésto, y de rebote, ha redefinido la categoría SmartPhone: ahora casi todos son táctiles (quitando a BlackBerry, el Dodo de esta industria), tienen su tienda de aplicaciones y piensan primero en la usabilidad.
Pues con el TabletPC va a pasar lo mismo. ¿Qué entendemos por TabletPC? Pues una cosa como éste Fujitsu Siemens Lifebook, que he estado usando en Isotrol hasta mi marcha. Es un PC, con un XP o Ubuntu un poquito adaptado, con una pantalla táctil de baja calidad (no se ve del todo bien, no hay comparación por ej. con una pantalla LED), con un Stylus que emula el ratón, y con algún detalle para que sea más «tablet» como que la pantalla se da la vuelta. Pero, realmente, son un portátil PC con todas sus ventajas e inconvenientes:
– hay que encenderlos y esperar a que arranquen: la BIOS, el cargador de arranque, el S.O., la pantalla de Login, la carga de applets en el escritorio…
– pesan como un portátil, por mucho que quieran ser más portátiles
– los ventiladores que llevan para disipar el calor te impiden cogerlos como un tablet real
– el S.O. que llevan no está pensado para manejarlo como tablet. Es un XP con algunas adaptaciones, como el teclado en pantalla (que existe por cierto desde Windows 95) y con aplicaciones para tomar notas. Pero al final para lanzar una aplicación hay que buscar en el Menú Inicio.
Pese a estas limitaciones, yo le intenté sacar partido y a muchas reuniones acudía con el chisme para tomar notas manuscritas en lugar de con una libreta. O lo usaba para leer PDFs y marcar las partes interesantes o anotar encima de ellos. Y me gustaba, porque eran más que un portátil, aunque no lo que debería de ser un tablet. Con el Fujitsu me estudié, por cierto, el SCJP completo en libro electrónico…
Pero eso no es lo que debería ser un tablet que triunfe. ¿Y cómo debe ser, entonces?. Yo lo veo, como la pantalla del MabBook Air, evidentemente sin teclado, y de 10″ (que según dicen los rumores es el tamaño que va a tener). Sin botones fisicos, al estilo del iPhone: uno para sacarlo del reposo, otro para el volumen, una entrada para auriculares, etc. Y muy fino. Aunque el S.O. que lleven permita ejecutar aplicaciones del iPhone de forma directa (lo que le daría de saque acceso a un catálogo enorme de programas de todo tipo), creo que no va a ser una copia aumentada del iPhone OS, sino algo distinto, que no alcanzo a pronosticar.
«Bueno, y ahora que lo tenemos ¿para qué lo vamos a usar?. ¿Lo va a comprar la gente?. A fin de cuentas, para mini-ordenador ya tengo mi iPhone. Y un eBook Reader no me cansa la vista y es más barato. Y como portátil, donde se ponga mi MacBook…». Estos son los razonamientos que nos estamos haciendo todos los aficionados a la tecnología y clientes de Apple (y de otras marcas). Somos Geeks que ya tenemos un montón de cacharros, llevamos un montón de años probando chismes y miramos con un poco de desconfianza a la idea de este «mestizo» nuevo, al que no sabemos bien cómo tratar ni donde ubicarlo. Y ahí está el problema. No en la nueva idea de tablet, ni en su potencial, sino en nuestros prejuicios. Pensemos ahora por un momento en un usuario que no tenga ordenador, o que tenga un portátil con unos tres o cuatro años, pero que no utiliza a diario, porque es lento en arrancar, tiene virus, le resulta complicado de usar, al que no quiere dedicarle tiempo para aprender a usarlo: sólo lo quiere para navegar por Internet, leer el correo, ver vídeos en YouTube, escuchar música mientras lee algo, etc. No va a editar vídeo. Ni a programar con XCode. Ni va a conectar su servidor local WoW que corre en una Nintendo Wii con su servidor de descargas Torrent, escrito en LIST y que corre en su Sega Megadrive. No es un friki. Es tu madre, que nunca ha usado el ordenador porque «es muy complicado». Y no quiere un iPhone. Bien porque le gustan otro tipo de teléfonos, o porque la pantalla del iPhone es pequeña.

Me pongo el vestido de pitoniso para hacer una predicción en mi blog (a fin de cuentas, como está haciendo todo el mundo) y dar mi opinión totalmente subjetiva basada en un montón de rumores que pululan estos días por Internet. Vamos, lo que se llama una opinión autorizada o voz experta. ¿Y sobre qué va a versar tu prosa profética, Maese Nostradamus?. Sobre el tablet de Apple, aparato ya casi mítico en el imaginario colectivo de los seguidores de San Steve Jobs, esperado y rumoreado durante años, y que parece que, al fin, va a aparecer este Enero de 2010, no se sabe si el día 26 o el 27.

¿Un tablet PC? ¿Y por esto tanto rollo? ¿Pero no llevan existiendo los tablets desde que el mundo es mundo? O por lo menos desde el 2000, que yo recuerde…

Sí, es cierto. La categoría TabletPC, tal y como la conocemos hoy día, lleva existiendo bastante tiempo. También, cada año, las grandes consultoras (gente que cobran por ser pitonisos, no como yo que encima escribo esto de gratis) hacían su predicción, advirtiendo que «este iba a ser el año de los tablets» cada vez que alguna firma de hardware se aventuraba a sacar un modelo con capacidades táctiles. Nos hablaban de sus posibles usos, de un mundo donde en los hospitales, aeropuertos, almacenes, la gente llevaría TabletPCs y no esos pesados portátiles, y que se usaría el stylus (el lápiz) para la entrada de datos, que para eso es un paradigma de interaccion con la máquina más sencillo, y humano, y todo eso. Claro, que estos son también los mismos que cada año nos hablaban de que este sí, era el año de Linux en el escritorio. Viendo que han fallado 10 veces en una década, con toda la cara del mundo proclaman ahora que Linux será el S.O. de la segunda década del siglo XXI. Con predicciones tan finas como estas, sorprende que la gente les escuche. En fin, ¿por dónde iba?. ¡Ah, sí, el TabletPC!

iPod-packaging

iPod original. Foto de Flickr. Pulsa para ver el autor.

Estamos ahora mismo en una situación similar a cuando Apple presentó el iPod. O el iPhone. Ya existían innumerables reproductores de MP3 en un mercado saturado donde el personal se peleaba a ver quién metía más cosas en un aparato cada vez con más botones y más barato. Y, de pronto, se planta Apple con un aparatito blanco, apenas sin botones, que ni graba, ni tiene radio, ni nada de nada. Y se come el mercado. Redefine la categoría. Ahora se llaman «iPods», y no reproductores de MP3. Las claves: iTunes, la sencillez para descargar música y la facilidad de uso del iPod. En 2007, con el iPhone, vuelven a repetir el mismo éxito. ¿Existían smartphones antes del iPhone? Pues sí, pero instalarles cosas estaba vedado a los iniciados. El Apple Store ha terminado con ésto, y de rebote, ha redefinido la categoría SmartPhone: ahora casi todos son táctiles (quitando a BlackBerry, el Dodo de esta industria), tienen su tienda de aplicaciones y piensan primero en la usabilidad.

Fujitsu_Siemens_Tablet_PC

Foto de la Wikimedia. Pulsa para ir.

Pues con el TabletPC va a pasar lo mismo. ¿Qué entendemos por TabletPC? Pues una cosa como éste Fujitsu Siemens Lifebook de arriba, que he estado usando en Isotrol hasta mi marcha. Es un PC, con un XP o Ubuntu un poquito adaptado, con una pantalla táctil de baja calidad (no se ve del todo bien, no hay comparación por ej. con una pantalla LED), con un Stylus que emula el ratón, y con algún detalle para que sea más «tablet» como que la pantalla se da la vuelta. Pero, realmente, son un portátil PC con todas sus ventajas e inconvenientes:

  • hay que encenderlos y esperar a que arranquen: la BIOS, el cargador de arranque, el S.O., la pantalla de Login, la carga de applets en el escritorio…
  • pesan como un portátil, por mucho que quieran ser más portátiles
  • los ventiladores que llevan para disipar el calor te impiden cogerlos como un tablet real
  • el S.O. que llevan no está pensado para manejarlo como tablet. Es un XP con algunas adaptaciones, como el teclado en pantalla (que existe por cierto desde Windows 95 o antes) y con aplicaciones para tomar notas. Pero al final para lanzar una aplicación hay que buscar en el Menú Inicio.

Pese a estas limitaciones, yo le intenté sacar partido y a muchas reuniones acudía con el chisme para tomar notas manuscritas en lugar de con una libreta. O lo usaba para leer PDFs y marcar las partes interesantes o anotar encima de ellos. Y me gustaba, porque eran más que un portátil, aunque no lo que debería de ser un tablet. Con el Fujitsu me estudié, por cierto, el SCJP completo en libro electrónico…

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56 diseños inventados (concepts) del posible aspecto del iTablet

Pero eso no es lo que debería ser un tablet que triunfe. Vamos, que no va a ser lo que va a sacar Apple. ¿Y cómo debe ser, entonces?. Yo lo veo, como la pantalla del MabBook Air, evidentemente sin teclado, y de 10″ (que según dicen los rumores es el tamaño que va a tener). Sin botones fisicos, al estilo del iPhone: uno para sacarlo del reposo, otro para el volumen, una entrada para auriculares, etc. Y muy fino. Aunque el S.O. que lleven permita ejecutar aplicaciones del iPhone de forma directa (lo que le daría de saque acceso a un catálogo enorme de programas de todo tipo), creo que no va a ser una copia aumentada del iPhone OS, sino algo distinto, que no alcanzo a pronosticar. Aunque el tamaño de pantalla de 10,1″ que se rumorea se parece de forma curiosa a la superficie de 9 iPhones, colocados en un cuadrado de 3×3. Teniendo una pantalla que sea un múltiplo sencillo de la pantalla del iPhone, la emulación de las aplicaciones sería directa.

«Bueno, y ahora que lo tenemos ¿para qué lo vamos a usar?. ¿Lo va a comprar la gente?. A fin de cuentas, para mini-ordenador ya tengo mi iPhone. Y un eBook Reader no me cansa la vista y es más barato. Y como portátil, donde se ponga mi MacBook…».

Estos son los razonamientos que nos estamos haciendo todos los aficionados a la tecnología y clientes de Apple (y de otras marcas). Somos Geeks que ya tenemos un montón de cacharros, llevamos un montón de años probando chismes y miramos con un poco de desconfianza a la idea de este mestizo nuevo, al que no sabemos bien cómo tratar ni donde ubicarlo. Y ahí está el problema. No en la nueva idea de tablet, ni en su potencial, sino en nuestros prejuicios.

Pensemos ahora por un momento en un usuario que no tenga ordenador, o que tenga un portátil con unos tres o cuatro años, pero que no utiliza a diario, porque es lento en arrancar, tiene virus, le resulta complicado de usar, al que no quiere dedicarle tiempo para aprender a usarlo: sólo lo quiere para navegar por Internet, leer el correo, ver vídeos en YouTube, escuchar música mientras lee algo, etc. No va a editar vídeo. Ni a programar con XCode. Ni va a conectar su servidor local WoW que corre en una Nintendo Wii con su servidor de descargas Torrent, escrito en LISP y que corre en su Sega Megadrive. No es un friki. Es tu madre, que nunca ha usado el ordenador porque «es muy complicado». Y no quiere un iPhone. Bien porque le gustan otro tipo de teléfonos, o porque la pantalla del iPhone es pequeña.

Para este tipo de usuarios, llegar a casa y en un momento, tocando un botón, tener el navegador ya dispuesto para buscar algo, consultar el tiempo, leer el correo y dejar el tablet en la mesa del salón mientras vas a hacer la cena va a ser una bendición. Una segunda liberación. Con el portátil ya no tenemos que estar atados a una mesa. Pero hay que sentarse para usarlo. Con un tablet podemos estar haciendo la comida y leyendo el periódico. O llevarlo como bathroom reading de forma más cómoda (ya, ya se que mucha gente se lleva el portátil; un amigo mío se llevaba la guitarra…). Es la máquina para consultar algo antes de irte a dormir, para sacar en el metro de camino al trabajo, la máquina ultraportable que usaremos en el 90% del tiempo. Porque, lanzo esta pregunta a los poseedores de un iPhone / Android. ¿Cuál de vuestros ordenadores es el que usáis más? Efectivamente, el que ya está arrancado. Pues lo mismo, pero con un poco más de pantalla.

En cuanto esté en el Apple Store cae uno… o dos 🙂

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Manifiesto: En defensa de los derechos fundamentales en Internet

Ante la inclusión en el Anteproyecto de Ley de Economía sostenible de modificaciones legislativas que afectan al libre ejercicio de las libertades de expresión, información y el derecho de acceso a la cultura a través de Internet, los periodistas, bloggers, usuarios, profesionales y creadores de Internet manifestamos nuestra firme oposición al proyecto, y declaramos que:

  1. Los derechos de autor no pueden situarse por encima de los derechos fundamentales de los ciudadanos, como el derecho a la privacidad, a la seguridad, a la presunción de inocencia, a la tutela judicial efectiva y a la libertad de expresión.
  2. La suspensión de derechos fundamentales es y debe seguir siendo competencia exclusiva del poder judicial. Ni un cierre sin sentencia. Este anteproyecto, en contra de lo establecido en el artículo 20.5 de la Constitución, pone en manos de un órgano no judicial -un organismo dependiente del ministerio de Cultura-, la potestad de impedir a los ciudadanos españoles el acceso a cualquier página web.
  3. La nueva legislación creará inseguridad jurídica en todo el sector tecnológico español, perjudicando uno de los pocos campos de desarrollo y futuro de nuestra economía, entorpeciendo la creación de empresas, introduciendo trabas a la libre competencia y ralentizando su proyección internacional.
  4. La nueva legislación propuesta amenaza a los nuevos creadores y entorpece la creación cultural. Con Internet y los sucesivos avances tecnológicos se ha democratizado extraordinariamente la creación y emisión de contenidos de todo tipo, que ya no provienen prevalentemente de las industrias culturales tradicionales, sino de multitud de fuentes diferentes.
  5. Los autores, como todos los trabajadores, tienen derecho a vivir de su trabajo con nuevas ideas creativas, modelos de negocio y actividades asociadas a sus creaciones. Intentar sostener con cambios legislativos a una industria obsoleta que no sabe adaptarse a este nuevo entorno no es ni justo ni realista. Si su modelo de negocio se basaba en el control de las copias de las obras y en Internet no es posible sin vulnerar derechos fundamentales, deberían buscar otro modelo.
  6. Consideramos que las industrias culturales necesitan para sobrevivir alternativas modernas, eficaces, creíbles y asequibles y que se adecuen a los nuevos usos sociales, en lugar de limitaciones tan desproporcionadas como ineficaces para el fin que dicen perseguir.
  7. Internet debe funcionar de forma libre y sin interferencias políticas auspiciadas por sectores que pretenden perpetuar obsoletos modelos de negocio e imposibilitar que el saber humano siga siendo libre.
  8. Exigimos que el Gobierno garantice por ley la neutralidad de la Red en España, ante cualquier presión que pueda producirse, como marco para el desarrollo de una economía sostenible y realista de cara al futuro.
  9. Proponemos una verdadera reforma del derecho de propiedad intelectual orientada a su fin: devolver a la sociedad el conocimiento, promover el dominio público y limitar los abusos de las entidades gestoras.
  10. En democracia las leyes y sus modificaciones deben aprobarse tras el oportuno debate público y habiendo consultado previamente a todas las partes implicadas. No es de recibo que se realicen cambios legislativos que afectan a derechos fundamentales en una ley no orgánica y que versa sobre otra materia.

Me uno al Manifiesto en defensa de los derechos fundamentales de Internet. Ya está bien de tanto canon, de considerarnos chorizos de forma preventiva, de que una entidad privada aterrorice a toda España como los nuevos matones del barrio cobrando por su protección digital y a que nos tomen por tontos.

Este Manifiesto está por toda Internet. Os animo a copiarlo y difundirlo si estáis de acuerdo. En mi caso, lo he copiado de Microsiervos.

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¡Al fin! Vídeo de la grabación de Macniacos en el EBE09, subido

Ha costado lo suyo. Pero, al final, parece que se ha subido el vídeo. En el Evento Blog España 2009 (EBE09 para acortar) que tuvo lugar del pasado 13 al 15 de Noviembre conocí a mucha gente y estuve en bastantes sitios. Pero lo que marcó con diferencia el EBE09 para mi fue el conocer a José y Valen, las dos voces del podcast Macniacos. Tras unos tuiteos previos, quedamos el Sábado 14 y grabamos, en directo, cómo se hace un podcast. Bueno, lo han bautizado como tertulia podcastera, porque realmente no hablaron de nada concreto.

En este episodio participaron Valen y José, de Macniacos, Berto Pena (ThinkWasabi), Serantes (del Blog de Serantes) y Rubén (Tazzito). Lo grabamos entre Juaco y yo, con mi vieja cámara SD Sony, que tan buen servicio me está dando. De momento lo he subido a Blip.tv, y necesitas tener instalado algún plug-in de quicktime para ver el vídeo. Por desgracia, hay algún error al convertirlo a Flash. Intentare en los próximos días subirlo a algún otro sitio, ya que en Youtube los vídeos sólo pueden tener 10 minutos de duración máxima y en Vimeo las cuentas gratuítas sólo pueden subir 500 MB por semana. Y este videocast, con su 59 min. y 640 MB sobrepasa todo lo esperado. Aunque casi cumple con la Ley Emilcar :-). Si consigo ponerlo en Flash en algún otro sitio actualizaré el post y lo comunicaré por Twitter.

Pulsa para ver el vídeo en Blip.tv

Pulsa para ver el vídeo en Blip.tv

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¡Ya puedes seguirme en Twitter!

Si quieres mantenerte informado de en qué ando metido, recibir URLs interesantes en tu timeline o contactar rápidamente conmigo, puedes seguirme en Twitter.
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Ya llevo publicados unos cuantos Tweets, sobre todo para ir probando la herramienta. Aunque la cosa se ha desbocado un poco en el EBE09. Tenía incontinencia Twittera 🙂
Yo era de los que no tenían claro para qué demonios sirve esto de Twitter, que a fin de cuentas no es más que un servicio que te permite colgar en una web SMSs glorificados. Aunque lo use mucha gente, las ideas detrás de Twitter no son nuevas, aunque sí que lo es la forma de usarlas:

  • los cambios de estado existen desde que hay clientes de mensajería instantánea. Aunque antes no quedaban registrados en ningún sitio y se perdían. Y no podías consultar que tu prima, hace dos meses, «acababa de bajarse del autobús»
  • los chats nos ofrecían comunicación directa con un grupo de amigos. Pero esta comunicación es síncrona: nuestros amigos deben estar conectados a la misma vez que nosotros para poder charlar. Twitter es asíncrono. Uno Twittea algo y ya lo verán luego sus compañeros de sala de chat, transformados ahora en followers. Y aunque nos sorprenda, las comunicaciones asíncronas siempre son más rápidas que las síncronas (especialmente con tantas personas) porque no hay que esperar turno de palabra.
  • Twitter es bastante cutre con sus 140 caracteres de máximo. Hay que apoyarse en otros servicios para subir una foto o acortar un enlace. Pero quizá esto se transforma en virtud: hay que ser directo. Supongo que en el infierno a Fidel Castro lo van a condenar a Twittear sus discursos por toda la eternidad.

Yo no quiero usar Twitter para quedar con los amigos, o para los cambios de estado. Para eso, prefiero Facebook, que es público, pero entre un grupo de gente con la que me relaciono. Twitter lo voy a usar de forma «profesional», para hacer SEO personal. Creo que debe ser una forma de descubrir a los demás contenido interesante con el que te has topado, contar qué estás haciendo en el trabajo, qué nuevos proyectos arrancas, cuándo has escrito algo en tu blog, etc.

Bueno, me uno a esta nueva red social, con cierto atraso y un poco de reluctancia, pero viendo los cuatro primeros Followers que tengo, ¡se le sube a uno a moral!

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