Auto-equiquetarse. Hay gente que le encanta. En esta era de la velocidad, de tener que sonar ingenioso en 140 caracteres, de las «charlas de ascensor», del speed-dating, parece que no hay tiempo para poder explicar quién es uno, qué hace, en qué puede ayudar. No hay tiempo ni de pensar. Por eso, y dado que las tarjetas de visita están demodé, hay que etiquetarse. En el perfil de LinkedIn. En la Bio de Twitter. En Facebook.
No vaya a ser que pase desapercibido y no se den cuenta de que soy tonto.
Y digo lo de ser tonto porque el contraste con cómo se etiqueta a sí misma cierta gente no puede menos que ser llamativo. Sir Tim Berners-Lee, el motherfucker que inventó Internet, físico de formación y premio Nobel de vocación se pone en los Hangouts de Google «Web developer». Como un becario aquí en España, vamos. Y mientras, hay gente que se pone de etiqueta:
CEO de un blog
Esta me genera mucha ternura. Lo digo porque para ser CEO de un blog creo que basta con abrirse una cuenta en WordPress y empezar a escribir, ¿no?. ¿O me he perdido algo?. Bueeeno, aceptamos Tumblr como blog también.
Bueno, yo es que soy un antiguo y aún considero «Blog» a la bitácora personal, la página en la que a modo de diario escribe una persona que habla de los temas que le interesan. Y no el mega-portal de rumores donde se infiere cómo será el próximo iPhone a partir de fotos borrosas de una carcasa supuestamente tomadas en China (y nunca contrastadas). Mito de la caverna de Platón en acción.
Claro que, generar contenido requiere esfuerzo. Y que sea bueno, mucho esfuerzo. Generar bazofia de rumores y refritos es mucho más sencillo. Pero ya lo decían antes: «come mierda: cincuenta millones de moscas no pueden estar equivocadas». Por eso, presentarse como CEO de un blog, si no eres el dueño de The Verge o estás en conversaciones con Time Warner para que te compre por unos cuantos millones, me parece una tontada importante. Bloguero es más normalito. Gafapasta, pero normalito.
Yo, por si te preguntabas, tengo una web. Desde hace diez años. Punto.
LION
LION == Linked In Open Networker. Es decir, el que no tiene criterio para selecciona su red de contactos y acepta a todo el mundo. O, como es mi caso, que acepto a todo el mundo porque sigo el adagio de un empresario sevillano: «el que un día te trae una mierda, al siguiente puede traerte un tesoro». Vamos, que contactos nunca sobran. Que los uses o no, es otra cosa. Pero es mejor tenerlos para cuando te hagan falta que no al contrario.
Ponerte en tu perfil que eres un LION (buscad por Internet, os sorprenderá el montón que hay) me parece algo pretencioso. Y es forzar la máquina para decirle al mundo «hey, mirad qué popular soy y el montón de amiguitos que tengo, soy el que más muchos amiguitos tiene en el patio del colegio y tú no, chincha rabiña».
En fin, con ver que en tu cuenta de contactos pone +500 ya se sabe que no tienes criterio…
KnowMad
Esta es de las últimas etiquetas que he visto últimamente. Como se describe aquí, es la contracción entre las palabras inglesas Conocimiento (Know) y Nómada (Nomad). Así que es un culo inquieto, como siempre se ha llamado a este tipo de personas. Yo mismo. Con curiosidad por las cosas, siempre aprendiendo, interesados por compartir y así aprender aún más…
Se ve que culo inquieto no quedaba bien en las tarjetas (era demasiado largo) y prefirieron algo más cortito. Y en Inglés, que siempre mola más.
¿Y tú?
Pues que acabo de descubrir que soy un Knowmad, LION CEO de un blog. Estoy pensando en ponerlo en mi BIO de Twitter. A ver si me llueven las piedras. Madre, qué de gente tratando de destacar como sea…