La gran golfada de Samsung

Pese a que la mayoría de mis ordenadores son Macs estos días (aunque también tengo y uso mi viejo Dell Inspiron 9400 y un ThinkPad X61, en el que estoy escribiendo esto ahora mismo) soy un entusiasta de la tecnología en general. Esto me lleva a tener chismes de varias marcas, colores y tamaños. En cuestión de impresoras siempre he tenido una Samsung.

La primera que tuve, una ML1510, LASER monocromo, no hacía nada más que imprimir. Ni nada menos. Ni inalámbrica, ni colores, ni escáner, ni nada de nada. Pero funcionaba. La compré nueva, muy bien de precio, hace un montón de años. Hoy en día imprimo pocas cosas: las facturas y algunos documentos para la gestoría que me lleva las cuentas, dibujos para que mis hijos coloreen y algún que otro documento. Así que, por mí, la hubiera usado hasta el infinito y más allá. Pero empezó a dar problemas mecánicos. Se atascaba siempre. Y era frustrante intentar imprimir algo. No podía. Así que la regalé, junto con un cartucho nuevo de tóner, a un compañero de la NSCoder Night de Sevilla. Y me compré una nueva.

En esta ocasión, entre las más baratas busqué una Samsung que tuviera escáner, por aquello de poder digitalizar documentos. Y porque si la anterior Samsung me había ido bien, para qué cambiar. Así que me hice por poco más de 100 Eur. con una Samsung SCX-3400. Es impresora y también escáner. De paso, es fotocopiadora (es decir, que escanea cosas y las imprime sin tu ordenador de por medio, de forma autónoma). Venía con un cartucho, que estaba seguro iba a durar poco, pero dado que imprimo también poco, no había problema.

Efectivamente, al año el cartucho empezó a avisarme de que se terminaba. Sin problemas, compremos uno nuevo. No se lo que habré imprimido en este año, pero ya sabíamos que el primer cartucho viene medio vacío. Miro los precios y me encuentro con que un cartucho nuevo, original de Samsung cuesta casi tanto como la impresora. ¿Cómo? Esa era la táctica que empleaban con las impresoras de chorro de tinta, pero no lo había visto con las LASER baratas. Supongo que como son para consumidores, han adaptado la técnica a los nuevos tiempos.

Pues me niego. Busqué en Amazon y encontré cartuchos compatibles Samsung en venta por un precio más que razonable. Había visto vídeos en Youtube mostrando cómo recargar tu propio cartucho con tóner, pero me parecía un follón y tampoco me ahorraba tanto, así que preferí ir a lo seguro (que alguien que lo sepa rellenar lo rellene) y pedí el compatible a KONVER, Distribuciones Informáticas, que vende en la tienda de Amazon. Llegó enseguida, lo instalé en la impresora y durante unas semanas, todo fue perfecto.

Mi impresora ha muerto

De pronto, un día, enciendo la impresora, la conecto por USB al iMac y lanzo un par de páginas para que se impriman. Sigo con mis cosas sin darme cuenta de que la impresora no imprime. Tiene una luz roja. Vaya, debe ser un atasco. La miro, pero no. En el iMac hay un aviso de error. La impresora dice que no tiene tóner. Pero eso no puede ser, ¿no?. A fin de cuentas se lo he cambiado hace nada…

Apago la impresora, vuelvo a encenderla… Nada. Cambio el cable USB… Nada. Empiezo a preocuparme y miro por Internet a ver si alguien ha tenido problemas similares y… ¡bingo! Docenas de problemas iguales. Veo vídeos por Youtube, leo en foros. Voy aprendiendo. Instalo los drivers y el software de Samsung en el Windows 8 que está en mi iMac en Bootcamp, por si puedo obtener más información… Nada de nada. Me desespero: cambio el cartucho para probar con el original, que está vacío y da error de tóner. Pero el nuevo lo mismo. Y lo peor es que, aunque esté rellenado es un cartucho Samsung pata negra.

El problema

Samsung ha decidido que puedes comprar cartuchos de tóner, pero sólo a ellos. Así que ha puesto un chip en cada cartucho. En ese chip hay un contador de páginas impresas. Cuando llegas a la «vida útil» que ellos estiman (o te imponen) que debe tener un cartucho se acabó. La impresora lee ese contador y te impide imprimir. La excusa de Samsung para hacer ésto: que de esa manera te pueden avisar con su software y así puedes cambiar el tóner a tiempo. Vamos, que tú no estás capacitado para saber cuándo está bajo el tóner: esos grises que no aparecen, la mala calidad, etc. no son una pista. No, te lo tiene que indicar un software que, curiosamente, te pone un enlace en un sitio prominente para que compres sus recambios en su tienda.

Que no se me entienda mal. No me parece mal que Samsung quiera vender sus cartuchos. E incluso que pongan el enlace a su tienda puede ayudar al que no sepa dónde comprar (aunque lo dudo). Lo que me parece una golfada absoluta es que pongan un contador de páginas en el cartucho en lugar de en la impresora. Desde la impresora te podrían indicar perfectamente: «lleva usted impresas 1.500 páginas desde el último cambio de cartucho y pensamos que es hora de que lo cambies. Si empiezas a imprimir y te da asco lo que ves, que conste que no se te ha roto la impresora: es que eres un tacaño».

La solución

Pasa por resetear el contador del cartucho. Es decir, borrar el chip del cartucho y ponerlo a cero, como si fuera nuevo, lo cual, si has rellenado el cartucho con tóner nuevo se aproxima bastante a la realidad. Por Internet vi que había gente que vendía programas para hacerlo, pero ante la duda en si gastarme otros 12 USD para arreglar un cartucho que debía venir bien, me puse en contacto con Konver a través del formulario de Amazon. Les conté mi odisea y les pregunté qué podía hacer. Bien, no sólo me respondieron súper rápido, sino que me dieron la solución a mi cartucho. Me proporcionaron un programa (sorry, no lo voy a pasar, contacta con tu distribuidor, ese no es mi departamento) con el que borrar el cartucho. No puedo dejar de estarles súper agradecido. Hay momentos en los que ya no sabes qué pasa y que te solucionen un problema así te alegra el día. Aquí tienen a un cliente de por vida.

El caso es que para resetear el cartucho tuve que lanzar un programa desde Windows (en este caso, desde mi ThinkPad x61) y flashear la memoria del cartucho. Conectado por USB le subí un programa a la impresora.

Mi impresora mientras borro el contador

Sí, he grabado la memoria de un cartucho de tóner. Lo siguiente va a ser actualizar el firmware de la tostadora…

Pues ¡milagro!. Una vez borrado el contador de los golfos estos, listo. La impresora me reconoce el cartucho reciclado (que es de Samsung, insisto) como nuevo, hay luz verde y la vida es bella.

Conclusiones

Entiendo que Samsung quiera vender cartuchos y quiera traer ese modelo de negocio en el que los consumibles son más caros que la máquina que los consume. Están en su derecho. Pero eso se avisa. Se indica claramente: cada cartucho es de un solo uso y no puede reutilizarse. Y con esa información y mi dinero tomo una decisión informada de compra. Encontrarte esto cuando ya has comprado la impresora te cabrea, y no es una buena técnica, ya que encima se puede saltar fácilmente. Y sólo queda el cabreo.

Ni que hablar de lo anti-ecológico y carísimo que es andar tirando cartuchos de tóner. O del desprecio al usuario, al que se trata por tonto. Mal hecho, Samsung. No hay galleta.

No puedo dejar de pensar en qué pasaría si estas cositas las hicieran Microsoft o Apple…

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Windows 8 en mi iMac late 2009

TL;DR;

Este es el mejor resumen de lo que viene a continuación:

Escena de Dexter

Me gusta jugar.

Lo confieso. Especialmente a los juegos de acción en primera persona (vicio adquirido con el mítico Wolfestein 3D) y a los de estrategia por turnos. Por turnos. Los otros son un corre que te pillo para ganar. Esto se lo debo a Civilization, que conocí en el centro de cálculo de la entonces Facultad de Informática. Desde entonces (y desde antes) siempre me ha encantado jugar. De hecho, tengo un refrán propio: «desconfía del programador que no juegue».

En el Mac mis necesidades de juegos han estado bastante bien cubiertas por Steam estos años. Los juegos que me interesan los tengo. Salvo uno: Héroes of Might and Magic, que siguen empeñandose en sacarlo solo para Windows. Lo cual es absurdo, porque digo yo que si un montón de juegos salen ya para Mac es perder mercado y tal, pero bueno. El caso es que me lo compré hace un tiempo y no he podido jugar por no tener a mano una máquina Windows con una tarjeta gráfica de al menos 512 MB. Aquí no valen máquinas virtuales ni otros apaños: necesitas «the real thing».

En esta tesitura estaba cuando caí en que mi iMac tiene exactamente esa memoria gráfica. Y es un Core i7. Y tiene 12 GB RAM. Vamos, que es un maquinón. ¿Por qué no usarlo para mis necesidades de jugón instalando con BootCamp una partición con Windows? Eso es lo que hice con mi Mac Mini, pero terminé por no usarlo ya que los juegos iban muy, muy lentos debido a la triste potencia gráfica (y de CPU) de mi Mac Mini. Que de servidor y eso aguanta, pero para cosas más exigentes en gráficos el pobre no puede.

Así que me puse manos a la obra, pensando que con Bootcamp y mi DVD de Windows 8 la cosa estaba controlada. No sabía cuanto me equivocaba.

La clave de producto de Windows

Antes de hacer nada empecé planificando todos los pasos en mi libreta. Para reunir los materiales necesarios, anticipar problemas y esas cosas. Cuando salió Windows 8 compré una licencia de Windows 8 Pro por sí la necesitaba para desarrollo Windows Phone y por echar un vistazo a la interfaz Metro (o como se tenga que llamar ahora). Por todo eso y por otra cosa: porque estaba barata, 30 Eur.

Nota al margen: Microsoft, quizás aprendas que es mejor ganar un poco menos con cada licencia, y llevarte el 100% que seguir empeñada en cobrar un Potosí por cada programa...

Pues bien: no encontraba la licencia. No estaba en Evernote, ni en el disco duro del Mac, ni encontraba mensaje alguno de confirmación de la compra. Sólo veía un correo de Paypal de confirmación del pago, pero de «Product Key» nada de nada. Pues vaya. Para una vez que pago una licencia de Microsoft, me hace ilusión utilizarla. Como no la encontraba la solución fue arrancar una máquina virtual donde la había instalado y sacarle una foto con el iPhone a la clave. Luego, mucho más tarde, caí en que la clave estaba en un correo en mi cuenta de hotmail. Sí, esa que todos tenemos y no usamos. Pero eso es otra historia para un segundo post donde hablaré de las activaciones de productos Microsoft. Que tiene mucha guasa, por cierto.

Copias de seguridad

Armado con mi clave de producto me dispuse a hacer copias de seguridad del iMac. A fin de cuentas, usar Bootcamp supone crear nuevas particiones en el disco, y eso es peligroso, ¿no?. Así que con Techtool 7 he creado una copia arrancable del iMac en un HD externo de 1 TB que tengo para estas cosas. Y claro, además de crearla hay que reiniciar usando ese disco de copia de seguridad como disco de arranque y comprobar que si todo sale mal, al menos puedes dejarlo todo como estaba.

Todo Ok, tras un siglo de esperas.

Fusion drive

De pronto, un escalofrío recorre mi espalda. Recuerdo que tengo instalado un SSD en el sitio que antes ocupaba la unidad Superdrive. Y que creé un grupo de volúmenes con Fusion Drive, de manera que OS X gestiona de forma automática que ficheros deben ir en el SSD y cuales en el HD. Así qué me entra la duda: si instalo Windows 8 ¿dónde se instala?. ¿En el SSD? ¿Se carga el Fusion Drive? ¿No se puede instalar por culpa de este?

Buscando un poco encontré la respuesta en las preguntas frecuentes de Bootcamp. Simplemente se va a instalar en el HD, sin tocar el SSD. Así qué puedo seguir. Phew!

Bootcamp no soporta Windows 8

Pues eso. Que BootCamp no soporta Windows 8 en mi iMac late 2009 y no me lo ofrece como opción a la hora de instalar. Me deja bajar los drivers (en teoría, más sobre esto ahora) y sólo te deja instalar Windows 7. Según Apple, mi iMac no debe ser lo suficientemente potente para ejecutar Windows 8, o bien ellos no quieren seguir dando soporte a una máquina ya antigua. Voto por esto último.

El caso es que intenté bajar los drivers y ¡oh sorpresa! BootCamp fallaba al descargarlos. Tuve que usar mi Google-Fu y explorar un poco para encontrar una web desde la que descargarlos a mano. Porque esa es otra: Apple no te da una manera clara y sencilla de acceder a ellos. Una lista en una página de descargas bastaría, pero no.

Aunque hay unos drivers en Bootcamp > Lbrary > Application Support > Bootcamp > WindowsSupport.dmg que pueden servirte. Lo dejo aquí por si acaso.

Instalemos Windows 8

Ahora viene lo fácil. Vi un truco para saltarse a BootCamp en modo «sólo instalo Windows 7» que era meter un DVD con Win 7, dejarle hacer las particiones y luego, al reiniciar, cambiarlo por uno de Windows 8. Esa era una opción. La otra, instalar Win 7 y luego actualizarlo a Win 8, pero lleva más tiempo (son dos instalaciones)

Pero claro, todo esto es usando la unidad Superdrive del iMac. La interna. Sí, esa que ya no tengo desde que le puse un SSD y monté Fusion Drive. Pero no pasa nada, ¿no?. A fin de cuentas, la tengo instalada en una caja externa USB y podré iniciar la máquina con el DVD de Windows y… Pues no. No funciona. Lo intento, pero Windows no arranca desde el DVD (que, por cierto, he tenido que crear tras bajarme una ISO de la web de Microsoft). Grabando DVDs en 2014 like some kind of animal

Buscando en foros me encuentro con que sí quiero instalar Windows en mi iMac, por un lado BootCamp no me genera una llave USB de instalación (el iMac es muy antiguo por lo visto para eso) y que puedo instalar Win 7 (no Win 8) pero usando una unidad superdrive externa oficial de Apple. Que esas sí funcionan.

Tragedia. Estoy atrapado.

¿Pido a alguien prestada una unidad Superdrive de Apple pata negra? ¿Reinstalo el Superdrive? ¿Me como Win 8 con patatas?

Winclone

Como soy un cabezón y sabía que de alguna manera se podría hacer seguí buscando por foros y leí sobre Winclone. Winclone es un programa pensado para hacer copias de seguridad de particiones BootCamp. Puedes almacenar en un fichero tu partición y así te ahorras tener que andar instalando drivers, programas, actualizando, etc si tienes algún problema con Windows. En el Mac, con Time Machine por un lado y una copia arrancable que hagas con SuperDuper, Carbon Copy Cloner o Techtool Pro tienes el lado OS X perfectamente protegido. El problema es si tuviera que reinstalar todo el Windows.

Winclone, utilidad para clonar particiones Bootcamp

El caso es que se me ocurrió una idea. Yo ya tenía instalado Windows en mi Mac Mini. ¿Por qué no hacer un Winclone de esa partición, pasarla con un HD externo USB al iMac y machacar la partición BootCamp vacía con esa imagen? Mi lado geek me decía que no, que para que comprar un programa si con un dd podría hacerlo yo solito. El problema es el sector de arranque de Windows que se crea en la partición de BootCamp. Si pudiera iniciar Windows podría arreglarlo y tal, pero dado que estaba atrapado, pagué los 29 $ que cuesta y listo. Si funciona, los apenas 22 € valdrían la pena.

Y valieron la pena. Creé la imagen en el Mac Mini (unas horitas) y la pasé a un disco USB grande (en el que por supuesto no tenía espacio y tuve que ordenar). Una vez copiado, instalé Winclone en el iMac, restauré la imagen y… ¡vive! ¡Está vivo!

It's alive!

Colofón

Al fin, tras una lucha titánica, tengo instalado Win 8 en el Mac. Lo uso para el Héroes y en el futuro para algún que otro juego. Pero si lo necesito para algo, ahí está. Muchas veces hago instalaciones por el placer de cacharrear con los sistemas, pero en este caso, además, estoy disfrutando del resultado.

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Instalar Android Ice Cream Sandwich en la HP TouchPad

Después de un tiempo usando CyanoGen Mod 7 (por abreviar, CM7, que es una ROM de Android en su versión 2.3) en la TouchPad me he decidido y he instalado CM9. Dista bastante de ser perfecta, pero a fin de cuentas la TP no se diseñó ni pensó para Android. Y viendo el estado comatoso de webOS (y el durísimo golpe que supone no poder instalar la nueva versión, Open webOS 1.0 «oficial» en la TouchPad) la única manera de mantener el equipo con vida es esta.

No voy a dar instrucciones, ni a contar nada. Creo que después de los vídeos del Reverendo Kyle hay poco más que añadir. Os dejo con el que he usado para instalar CM9 en la TP. Yo tenía ventaja, porque ya estaba instalado MoBoot y ClockModWork Recovery, pero aún así es fácil.

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Teclado Apple Buetooth y Magic Mouse en Windows 7 con BootCamp

Si has leído mi pasado post sobre la instalación de Windows 7 en mi MacBook Pro (y si no lo has hecho, siempre puedes redimirte leyéndolo ahora), sabrás que ando con arranques duales en mi MBP, principalmente para los juegos de Windows que me compro en Steam. Bueno, y para algún que otro portal de la Junta de Andalucía, esa gran adalid del Software Libre.

La Junta, muy comprometida con el SL

La Junta, muy comprometida con el SL

Comenté mi adaptación al teclado del Mac y la disposición de teclas de Windows. Y todo era bello. Hasta que, una mañana, casi por puro reflejo, estaba con Windows 7 arrancado y moví el ratón Magic Mouse que tengo emparejado con el MBP, pero nada. No funcionaba. El teclado bluetooth de Apple tampoco. «Bueno», pensé, «no debe ser tan difícil». «A fin de cuentas Win 7 es moderno, igual que este hardware». Y ahí comenzó mi pesadilla.

En ningún blog ni vídeo he encontrado cómo hacerlo a la primera. He tenido que recorrer un montón de foros, y he ido avanzando poco a poco. En resumen, es fácil cuando lo has acabado, así que…

La receta:

  • Ya tendrás instalado BootCamp en tu Windows. Arranca tu partición con Windows 7 y busca en programas el Asistente de Actualizaciones de Apple. Ejecútalo. Te pasará de BootCamp 3.1 a la 3.2. Tendrás que reiniciar, pero es imprescindible. Trabaja siempre con la última versión del software de Apple. Te dolerá menos la cabeza.
BootCamp 3.2

BootCamp 3.2

  • Arranca ahora en Mac OS X. Ve al panel de preferencias Bluetooth. Te aparecerán tus dispositivos (Magic Mouse y Teclado Bluetooth) instalados. Debes borrar la configuración del teclado bluetooth. Para ello, pincha sobre el teclado y luego sobre el «-» que aparece abajo en la lista. El ratón no es necesario borrarlo.
Magic Mouse y Teclado BT

Magic Mouse y Teclado BT

  • Reinicias ahora en Windows 7. Debes emparejar primero el ratón, y luego el teclado. Para el ratón, vas a Panel de Control > Hardware y Sonido > Dispositivos e impresoras. Pulsas en «Agregar dispositivo». Te aparecerá en la lista el ratón. Debes, antes de pulsar en Siguiente, hacer click sobre el ratón con el botón derecho y abrir Propiedades. Marca la casilla que te aparece. Cierra y pulsa ahora Siguiente. Se instalarán los drivers y Magic Mouse funcionando.
  • Ahora el teclado. Como lo hemos borrado del lado OS X, ahora no está emparejado. Pulsando de nuevo en «Agregar dispositivo» igual que antes, te debe aparecer el teclado. Si no te aparece, enciéndelo pulsando el interruptor que tiene el teclado en su lado derecho (debe parpadear un led en el teclado). Pulsas, siguiente, lo detecta y pide que introduzcas una clave en el teclado y pulses intro. Lo haces y ya debe funcionar en Win 7 sin problemas.
  • Para acabar todo perfecto, tenemos ahora el ratón funcionando en OS X y Win7, y el teclado funcionando sólo en Win7. Reiniciamos en OS X, vamos a la lista de dispositivos bluetooth y añadimos el teclado. Al fin, somos felices.
  • El resultado final debe ser algo como esto:
Mis dispositivos BT en Win7

Mis dispositivos BT en Win7

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Windows 7 corre que se las pela en mi viejo MacBook Pro

¡Un momento! ¿Qué?. No, no puede ser, deben ser las drogas que tomo habitualmente. ¿No estarás diciendo que has mancillado el templo de San Steve y la Gran Manzana con algo que venga de Redmon? No, seguro que estás diciendo que has tenido que comprobar los virus de Windows en una máquina virtual y te ha funcionado maravillosamente en ese estupendo S.O. que es Snow Leopard. ¿No?. ¡Habla, por Dios, no me tengas en ascuas!

Mi querida voz interior fanboy, tengo que informarte de que estoy corriendo Windows 7 en el MacBook Pro, de forma nativa (sin máquinas virtuales de por medio), gracias a BootCamp. Y que me gusta.

Comenzando la instalación de Win7 en el MBP

Comenzando la instalación de Win7 en el MBP

Ya he comentado varias veces que Windows 7 me parece un buen S.O. Realmente ahora usar Linux, Windows u OS X se ha convertido más en una cuestión de preferencias personales que de limitaciones. No hay casi nada que se pueda hacer en uno de ellos que no se pueda hacer en los otros. Incluso los juegos. Y si no, hay sistemas de máquinas virtuales para ejecutar cualquier S.O. desde uno de los otros tres grandes. Y esto es muy bueno. Recuerdo cuando había que luchar muy duro con Linux para hacer que funcionase como tú querías. Ahora usas Linux si te gusta más, que además es la razón más poderosa para usar algo, por encima de méritos técnicos.

El caso es que desde hace un tiempo vengo reduciendo los cacharros que tengo por casa. Sin llegar a los extremos de Dave Bruno y su intento de vivir sólo con 100 objetos, estoy intentando tener los ordenadores que realmente uso. Y uno que no usaba mucho era mi viejo Dell Inspiron 9400, que funcionaba bastante bien con Win7. Pero me pregunté: ¿bueno, y si pudiera correr Win7 en el MBP, no podría deshacerme de esa máquina? Además, tengo espacio libre en el disco del MacBook Pro tras comprarme el nuevo HD de 7200 rpm. un último argumento me lanzó a la aventura, y es que en Febrero tendré que impartir un curso de C en entorno Windows, y el MBP pesa como tres Kg menos que el Dell.

La instalación

Hay montones de sitios que cuentan cómo hacer la instalación, que por otra parte es bastante sencilla, así que no me repetiré. Podéis ver este vídeo, por ejemplo, aunque hay mil. Sólo algunas notas:

  • BootCamp es dos cosas. Por un lado, cuando lo usas en el Mac es un programa para rehacer las particiones de tu disco y dejar así sitio a Windows 7. Sin más misterios. Luego metes el DVD de Windows, reinicias arrancando desde el DVD y listo.
  • En mi MacBook Pro 15″ (modelo MacBookPro 3,1) no funcionaban los drivers de Windows 7 en 64 bits. Así que he tenido que instalar la versión de Windows 7 de 32 bits. Si al instalar ves que los drivers no se reconocen, ya sabes: pasa a la versión de 32 bits.
  • Cuando Windows ya está instalado, no tiene los drivers necesarios para que el MacBook Pro funcione. Y no los busques por Internet con el asistente de Win7: no los va a encontrar. Están, en mi caso, en el disco de Snow Leopard retail, el que compré con 5 licencias. En el de tu MacBook Pro también deben estar, pero si has pasado a Snow Leopard usa estos, ya que son más modernos.
  • Y ya que estamos, usa los discos adecuados. En plena instalación no me reconocía los drivers del disco. ¿Pero qué pasa?. Pues que estaba usando los discos del MacBook (sin Pro) de mi mujer…

Tras la instalación

Una vez que todo está instalado, sigue arrancando por defecto Mac OS X, que es justo lo que quiero. Para arrancar Windows puedes:

  • pulsar Alt al encender el equipo. Te aparecerán todos los discos desde los que puedes arrancar. Escoge el de Windows.
  • desde Mac OS X, en Preferencias del Sistema, tienes Discos de Arranque, que te permite arrancar en Windows.
  • en Windows puedes hacer lo mismo con BootCamp: reiniciar en Mac OS X, poner como disco por defecto uno u otro, etc.

Tras instalar todas las actualizaciones del mundo y el preceptivo antivirus (en mi caso AVG Free), miré la experiencia de usuario de Windows. Y me daba un 5,0, que creo que para un ordenador que cumple ahora en Febrero 3 años no está nada mal (el máximo es un 7,9).

Win7 en mi MBP corriendo varias apps

Win7 en mi MBP corriendo varias apps

La adaptación

Uno de los principales problemas a los que me he enfrentado para adaptarme al uso de Windows 7 en el MBP es el mapeo del teclado. Los últimos MacBooks traen unos teclados que casi son los clásicos de un PC. Pero el mío tiene varias peculiaridades. No hay tecla Supr (en Mac OS X se consigue con fn + backspace), con lo que no puedo bloquear rápidamente la sesión, o lanzar desde ahí el Administrador de Tareas. Tampoco hay tecla de imprimir pantalla (PrtScr), con lo que me quedo sin poder hacer capturas de pantalla (para los cursos o el blog, lo necesito muy a menudo). Por último, como no hay AltGr, ni siquiera hay Alt en la parte derecha de la barra espaciadora, no puedes generar algunos caracteres que son imprescindibles para programar, como #, { ,} ,[ y ]. Y otro que es ya imprescindible para todo: @.

El tema de @ y # lo conseguí solucionar porque (no lo sabía), si pulsas a la vez Ctrl + Alt + 2 es igual que pulsar AltGr + 2. Lo mismo para conseguir #. Bueno, dos problemas menos. Pero no me resignaba a quedarme sin PrtScr. Así que busqué y encontré la solución en este blog.

Todo se basa en usar un programa llamado SharpKeys, que te permite asignar unas teclas a otras. Es perfecto, ya que he podido asignar Supr a F12, PrtScr a F11 y la tecla Enter del keypad del MBP (que no uso nunca) ahora funciona como AltGr.

He instalado algunos juegos, que funcionan maravillosamente bien, a tope de resolución y efectos gráficos. He estado luchando hasta conseguir que me funcione un mando de XBox con cable USB en Windows 7, me he instalado LLMd5sum para calcular cómodamente los md5sum de las cosas que me bajo… Vamos, que lo estoy usando a menudo. Y estoy encantado. Lo próximo: instalar (y probar) el SDK de Windows Phone 7…

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Problemas con el disco duro de mi iMac

Hace unos días estuve escuchando episodios atrasados de iCharlas hasta que me puse al día. En uno de ellos, hablaban del mantenimiento que necesita un Mac y comentaban el programa Onyx, que utilicé mucho al principio de mi etapa de switcher, pero que había relegado un poco al olvido.

Pensando que no era mala idea el pasarle Onyx al HD del iMac, para ver su estado, comprobar el sistema de ficheros y con la esperanza de que el sistema se aligerase algo (mi iMac es una maravilla de ordenador, pero uno siempre quiere más :-)) me lancé y el resultado no fue muy bueno. Onyx me indicaba que arrancase con un disco externo y reparase el disco. Acostumbrado como estoy con Linux a que no es buena idea hacer un fsck (filesystem check) a un sistema de ficheros montado (AKA volumen en Mac OS X), me traje de casa de mi suegra el HD externo donde guardo un clon del iMac (si quieres saber cómo tengo organizadas mis copias de seguridad, puedes leerte este post)

Conecté el disco con su cable FW800, directamente al iMac, encendí la máquina pulsando la tecla Opción (Alt) y me aparecieron los dos discos desde los que podía arrancar: el interno del iMac y el externo. Me moví al externo y pulsé Intro. ¡Catacrok!. Un kernel panic como un castillo, la versión UNIXera de las BSOD de Windows. El iMac no arrancaba desde el HD externo. ¿Cómo puede ser ésto? Si cada vez que hago la copia de seguridad completa compruebo el arranque. Pero parece que la versión de S.O. que tienes instalada importa, aunque no tiene mucho sentido para mi. El caso es que desde la última copia de seguridad había actualizado el iMac a la 10.6.5 y la que tenía en el HD externo era la 10.6.4. Sigo pensando que no tiene sentido, y que puedo tener diferentes copias con versiones distintas del S.O.; probablemente la última copia externa no la comprobé como es debido.

Kernel Panic en OSX. Shit happens!

Kernel Panic en OSX. Shit happens!

No pudiendo arrancar desde el disco externo que tengo para arrancar en casos de emergencia (bravo por Murphy) pensé en hacerlo desde el DVD de Snow Leopard, arreglar el disco duro interno del iMac, reclonar el HD externo y listo. Así que cogí el DVD, lo puse en el lector, apagué, encendí con Opción pulsada y seleccioné el DVD. No arranca. ¡Pero qué pasa!. ¡Ah, claro!, es el DVD de Snow Leopard retail. Y este no arranca en el iMac. Necesito el que venía con el iMac, que está, está… ¡no me acuerdo!

A estas alturas empezaba ya a murmurar maldiciones y a estar bastante cabreado, conmigo mismo, con mis procedimientos, mi sistema de archivo, etc. Pero se me hizo la luz mental al recordar que los Macs pueden arrancar en modo target firewire disk. Puedes conectar un Mac a otro mediante un cable Firewire y hacer que el disco duro de uno se vea como un disco externo en otro. En mi caso, arranqué el iMac en modo Target Firewire disk y magia!, apareció en el escritorio de mi MBP

El HD de mi iMac, ya reparado, en la Utilidad de Discos de mi MBP

El HD de mi iMac, con errores, en la Utilidad de Discos de mi MBP

Bueno, ahora era coser y cantar. Le di a reparar disco y a esperar. Al final, todo parece correcto. Volví a verificar el disco y ¡estupendo!. Ya tenemos arreglado el disco del iMac.

Ya sólo me quedaba desmontar el disco del iMac del MBP, apagar el iMac, quitar el cable FW800, reiniciar el iMac, comprobar que todo estaba OK, conectar el HD externo Western Digital y actualizar la copia de seguridad de todo el iMac… vamos, lo que se dice una tarde entretenida…

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