Perks

Estoy muy pesado con lo bien que estoy en Teamwork. Pero es que tras trabajar toda mi vida como autónomo, que me traten como a un ser humano en el trabajo es un cambio enorme. Probablemente los que estén acostumbrados a trabajar en estartaps verán como normales y estarán acostumbrados a la mayoría de ventajas con las que yo me maravillo. Es lo que tiene haber pasado mucha hambre. Que los filetes se saborean mejor.

Por eso disfruto con mi MBP del trabajo, no el último modelo, sino el modelo exacto que yo quería (no me gustan los modelos de 15″ con ToyBar ™?). Disfruto de poder asistir cada año a la conferencia de desarrollo que yo elija. De tener a mi disposición libros o cursos. De tener unas oficinas alucinantes, aunque esto lo disfruto poco, al estar trabajando como remoto (por supuesto, trabajar a distancia tiene sus ventajas). Disfruto del privilegio que supone tener una máquina de café en cada planta de la oficina, refrescos infinitos o snacks que nunca se acaban. Mi sueño de niño gordo se ha visto cumplido en una realidad de adulto. De adulto gordo.

Todo esto (y muchísimas cosas más, como 30 días de vacaciones, o seguro médico, o planes de jubilación, o etc. etc.) son privilegios. Tenemos la suerte de trabajar en un sector muy demandado y que las empresas busquen programadores como locos. Parece que esto de programar es muy difícil, o que a la gente ya no le interesa, el caso es que somos pocos. Y la demanda no deja de aumentar, así que por ley de oferta y demanda las empresas nos ofrecen más y mejores condiciones. Perks. Pero nunca debemos olvidar que, aparte de un salario aceptable según tu experiencia y unas condiciones laborales dignas, que te pongan una silla Aeron de Herman Miller para trabajar es un privilegio. Recordarlo cada día me ayuda a disfrutarlo. Preferiría no tener que trabajar, claro, pero ya que no soy rico intento disfrutar de lo que tengo que hacer para pagar la hipoteca.

Perks. Tan de moda. Mesas de ping-pong. Futbolín. Consolas para jugar en la oficina. Con estas cosas se quiere atraer el talento. Yo siempre he pensado que son paridas. En primer lugar, el talento, así en abstracto, ni se retiene ni se atrae. Se refieren a personas, pero parece que les da alergia hablar de seres humanos. En segundo lugar, estos juguetes pueden sorprender al principio. Pero no son ni de lejos lo más importante. Yo he descubierto el mejor perk para que la gente no quiera irse. Es un secreto que voy a compartir con el mundo. ¿Preparados?

El mejor perk es estar rodeado de excelentes compañeros. De trabajar codo con codo con buenas personas que además se esfuerzan por ser mejores profesionales cada día. Que te enseñan y aprenden contigo. Que se equivocan. Que aciertan. Que se apasionan defendiendo sus puntos de vista, pero no se enfadan contigo. Gente que te obliga a mejorar porque les ves crecer, estudiar, probar cosas, saber mucho más que tú. Estar con un equipo con el que te ríes, con el que afrontar las inevitables crisis y sinsabores del trabajo no tiene precio. Al final jugarás una o ninguna partida de ping-pong, pero si tu jefe es un capullo al que aguantar cada mañana, eso no hay perk que lo compense. Un proyecto bonito, un grupo de compañeros que realmente lo sean, y no sólo gente que va a la misma oficina que tú, que sean buenas personas y mejores profesionales… dame eso y quédate tú con tus perks y ese dolor de barriga característico al levantarte cada mañana.

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Porque me hace feliz

  • ¿Por qué corres, si cansa mucho?
  • ¿Por qué te levantas tan temprano, es que quieres ser el más rico del cementerio?
  • ¿Sigues usando Java en 2017?
  • ¿Linux no era para inadaptados?
  • ¿Los Macs no son sólo para ricos? ¿Por qué los usas?
  • ¿Por qué seguir estudiando a tu edad?

Estas, y otras falsas preguntas las habrás escuchado muchas veces a lo largo de tu vida. Gente que parece escandalizarse porque haces cosas o porque las haces de forma diferente a como ellos piensan. Falsas, porque no buscan comprender tu punto de vista, ni aprender, ni contrastar ideas. Buscan sólo confrontar. Que les des un buen número de razones para poder disfrutar de una buena discusión. En el mal sentido de esta palabra.

«Nunca discutas con un idiota, te rebajará a su nivel y te ganará por su experiencia» – Mark Twain

Según se van añadiendo cumpleaños a mi memoria, voy siendo más y más consciente de lo limitado de mi tiempo. De que quiero hacer cosas. No para dejar «huella». No para ser más que nadie. No porque quiera conseguir esta o aquella meta. Las metas son lejanas. Quiero hacer esas cosas, simplemente porque me hacen feliz. Trabajar porque me hace feliz, aprender porque me hace feliz, correr porque me hace feliz, levantarme temprano para poder hacer todas estas cosas, que me hacen feliz.

Sólo si eres feliz haciendo cosas podrás entenderme. Si no, seguirás preguntándote ¿Por qué? en lugar de hacer.

Haz cosas. Te harán feliz.

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