Fraudismo 101: todos lo saben todo

Quiero iniciar una serie de posts que desde hace mucho tiempo cuento, de forma verbal, en cursos, charlas o tomando cerveza. Adelanto esto porque si hablas de la tradición verbal de una fábula inmediatamente ganas puntos de gafapastismo.

Estas historias son la constatación de un hecho: que todos los informáticos (plural genérico) somos unos tarados. A todos nos falla un fusible, normalmente el mismo. He decido escribirlos tras ver que la mayoría necesitamos un club de autoayuda ya que este trabajo estresa y agobia bastante, por razones que ahora presentaré. Compartir y descubrir estas manías te ayudará a superarlas. La corriente filosófica/psicológica que trata estas taras se llama Fraudismo

Fraudismo: disciplina que trata de explicar por qué personas normales, bastante inteligentes (más que nada porque realizan un trabajo intelectualmente complejo como es programar) se sienten como una mierda a diario y piensan que son un fraude con patas y un fracaso con DNI.

Como último aviso, advertir que algunos van a estar bastante basados en las ideas que el genial Joel Spolsky volcó en su blog, de obligada lectura, más alguna pizca personal. Como buen Fraudista me limito a regurgitar las ideas de otro y a esperar con pánico a ser descubierto. Os ahorro el esfuerzo de descubrirme y, si no has leído a Joel (yo hasta he comprado sus libros), deja todo lo que estés haciendo y ponte a ello. De nada.

Todos lo saben todo

You are comparing your backstage self with spotlight others

Esto seguro que lo has sentido muchas veces. Ser el más tonto de la habitación. Escuchar a todos hablar y darte cuenta de que o están hablando de otras cosas, o te has quedado irremisiblemente atrás. Junto con 50 puntos de tu CI. A mi me pasa mucho cuando voy a conferencias.

Bueno, eso y cuando Jonathan Chacón da alguna charla en una NSCoder Night de Sevilla. Porque alguna vez se podría llevar algún ejemplo en modo texto, algo feo y simple, vamos, lo que yo entiendo que debe programar un ciego. Y no juegos en 2D y ejemplos con SceneKit en 3D. Que acaba uno machacado y preguntándole «Jonathan, alguna vez te vas a traer algo de ciegos y dejar de humillar a los que no sabemos hacer juegos ni animaciones. Que tú eres el ciego pero yo el discapacitado para SceneKit…». Qué le vamos a hacer: Jonathan es demasiado bueno en todo.

Me pierdo. El tonto de la habitación. Seguimos.

En una conferencia ya extinta (BCNDevCon) acudí a un taller de iniciación de Unity. Pensé «Unity debe molar», así que preparé lo necesario (instalé Unity, leí algún tutorial, esas cosas) y me senté a escuchar. El instructor era un valiente, porque aquello estaba lleno de gente. Pasó unos recursos en un pendrive y empezamos a hacer cosas. Yo estaba maravillado porque podía «pintar» un mundo en 3D con aquella herramienta. Casi era magia. Pero entonces mi cerebro empezó a hacer cosas. Empecé a mirar a mi alrededor de soslayo. «Vaya, parece que soy el más viejo del lugar. Sí todos son chavales. ¡Lo que yo habría dado por aprender estas cosas a su edad!. Anda que me van a llevar un ventajón…»

Me sobrepuse y continué con el taller. Pero mi cerebro empezó a pensar «parece que todos lo llevan bien. Es más, mejor que yo. Parece como si todos tuvieran ya experiencia con Unity. ¡Eso es!. Estos ya han terminado sus primeros juegos con Unity y viene aquí a repasar«. Y es en estas situaciones cuando el pánico se apodera de ti y empiezas a pensar «no, no es que desarrollen con Unity, es que estos son los que desarrollan el propio Unity. Seguro que vienen de la empresa que escribe Unity. O eso, o lo hacen todo a pelo con OpenGL. Eso es: ¡OpenGL y ensamblador!. Y su procesador de textos es Emacs… ¡Y manejan vi con el ratón!»

Cuando llegó la pausa del café corrí a una mesa. No por necesidad de cafeína, que también, sino por escapar de la sala de los expertos, donde era el más tonto del grupo. Cuando se fueron formando grupos de café, tímidamente vas charlando, tanteando el hielo para que no se rompa bajo tus pies. Y lo que encuentras te sorprende: todos pensamos que los otros ya lo saben todo. Más que nada porque no podemos meternos en sus cabezas. Y siempre nos ponemos en lo peor.

Me ha pasado en clases magistrales de Core Data con Marcus Zarra, y Alan Cannistraro preguntando sobre multi hilo. O en la NSSpain escuchando a Peter Steinberger hablar de desarrollo en C pelón con Cocoa.

Pero resulta que esa es la mejor situación en la que puedes estar. Una vez identificado el autoengaño de tu cerebro, cada vez que he sentido lo mismo he pensado:

«Bien, si soy el más tonto de la habitación lo único que puede pasar aquí es que salga aprendiendo algo».

Sólo invocar este mantra aleja el pánico. Porque es cierto que uno sabe PHP, y otra C++, y la de más allá Perl. Pero no es cierto lo que nuestro cerebro nos hace: que pensamos que ya deberíamos saber a la vez PHP, C++ y Perl porque ellos ya lo saben, que a ver qué has estado haciendo con tu tiempo, que tienes que ponerte al día. Reunimos lo mejor de cada uno y lo convertimos en un yo ya debería saber todo esto.

¿Y qué podemos hacer una vez localizado el engaño?

En mi caso, lo primero que hago es preguntarme si realmente es necesario que sepa R, Ruby, Cocos2D y Scala. Hay que decir no a todos menos a uno. Y escojo el que, de los que me atraen más, pienso que me puede ayudar mejor en mi trabajo. Quizás porque me enseña cosas desde un punto de vista distinto.

Una vez localizados los objetivos lo siguiente es crearme proyectos en Things con cosas que quiero aprender y acciones concretas: ver este vídeo, leer este post, hacer un ejemplo de tal cosa. Y así voy aprendiendo. No tanto como quisiera, pero este miedo lo he superado. Y tú puedes, también, siendo consciente de que todos pensamos lo mismo: que todos lo saben ya todo. Y es mentira.

Aprende y disfruta mientras aprendes. GOTO 10. No hay más.