La campaña de IRPF

Como todos los años por estas fechas, toca echar cuentas y ponerse a bien con el fisco. Perdón, quiero decir que toca seguir poniéndose a bien con el fisco. Porque el IRPF es sólo el colofón del constante abuso en el pago de tasas, impuestos y tributos que sufrimos en España.

Pensemos un momento. Mientras exista un Estado que nos organice la vida, y decidamos mantener este modelo social actual, es evidente que hay que pagar impuestos. Los hospitales cuestan dinero. La educación lo mismo. Hacen falta policías, bomberos o mantener a la R.A.E. Queremos tener las ciudades limpias o beber agua potable. Está claro que todos estos servicios tienen un coste enorme que debemos sufragar entre todos.

El problema, entonces, no es pagar. Es necesario (y si me apuran, hasta bueno para el karma. El problema es que se paga demasiado. Se paga por todo. Y varias veces. Y la sensación general, es que mucho dinero «se pierde» por el camino.

¿Recapitulamos algunos impuestitos que pagamos? Veamos. Estudias una carrera, que en España es «gratis», pero debes abonar unas tasas de matrícula, que son algo más que simbólicas. Eso después de presentar un informe médico para entrar en la Universidad demostrando que no tienes pulgas. Informe que va en una cédula del estado: más impuestos. En clase, se encienden luces. Luces que llevan incluido un impuesto para mantener la minería de carbón. Vas al cuarto de baño y abres un grifo. Pagas impuestos municipales sobre el agua. Tiras algo a la papelera (al suelo no, guarros). La basura tiene su tasa correspondiente. Te tomas un café. Pagas IVA. Vuelves a casa. La gasolina paga una burrada de impuestos. No fumes ni bebas alcohol: también pagarás.

¿Os dais cuenta? Pensad en cualquier situación de la vida y estaréis pagando algún impuesto. Incluso varias veces. El coche, por ejemplo. Pagas un impuesto de circulación, que en teoría te permite, eso, circular. Pero hay peajes en las autopistas. Bueno, al menos aparcar es gratis. Si no hay zona azul, en cuyo caso pagas dos veces por aparcar. Paga ITV para demostrar que tu coche est? en buenas condiciones. Y un seguro obligatorio, para cubrir los accidentes.

Resumiendo: se pasa uno la vida pagándole a Hacienda y no ve esas super autopistas que se necesitan, ni esas Universidades, ni nada de nada. En parte, es normal. En 1970 sólo existían tres administraciones (Central, Provincial y Local). Ahora, hay 4 (se unen las Autonómicas y crecen los funcionaros en todas las demás). Las competencias se duplican y multiplican, y hay gente pagada por todos, que hacen lo mismo en diferentes administraciones. Diputación de Sevilla incentiva la creación de Empresas. El Ayuntamiento igual. El ICO lo mismo. La Junta de Andalucía, cómo no (y encima desde varios organismos: IFA, Consejería de Empleo). El resultado es que pagamos muchos más impuestos que en 1970, la vida ha mejorado increíblemente en estos años, pero no creo que exista una relación lineal entre lo que se paga ahora y la mejora de la situación.

Ya se que es una opinión sesgada y apresurada, pero creo que no demasiado equivocada: aquí sobran «iniciativas» y gastos superfluos. Yo no soy especialista en cómo se debería organizar el Estado con nuestro dinero, pero por lo que pagamos, ya podrían encontrar a alguno.